Shanghái. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró ayer aquí que su país está “de vuelta” a la escena internacional, criticó el uso preponderante del dólar en el comercio global y acusó al Fondo Monetario Internacional (FMI) de “asfixiar” economías, como la argentina.
Tras postergar su viaje el mes pasado por un cuadro de neumonía, finalmente el mandatario llegó antenoche a Shanghái acompañado por su esposa Rosangela Janja da Silva.
En su cuarta salida oficial al extranjero, Lula encabeza una delegación que incluye a unos 40 representantes políticos, entre ellos nueve ministros, gobernadores de estados y diputados, y un nutrido grupo de empresarios.
En su primera jornada de actividades, Lula participó ayer en la toma de posesión de la ex mandataria brasileña Dilma Rousseff (2011-2016) como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), creado por los BRICS, que reúne a los grandes países emergentes: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
“La época en que Brasil estaba ausente de las grandes decisiones mundiales ya es cosa del pasado. Estamos de vuelta en la escena internacional después de una ausencia inexplicable”, dijo.
Desde su regreso al poder el pasado primero de enero, el dirigente izquierdista quiere volver a colocar a Brasil “en la nueva geopolítica mundial” y dejar atrás el aislacionismo de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Tras su asunción, viajó a Argentina y a Uruguay, y en febrero visitó Estados Unidos.
“Brasil está de vuelta con la disposición de contribuir nuevamente a un mundo más desarrollado, más justo y ambientalmente sostenible”, insistió durante el acto en el banco de los BRICS. Además, alabó el papel de esta institución como “herramienta de reducción de la desigualdad entre países ricos y países emergentes” y “con un gran potencial transformador” porque libera a los países emergentes, principalmente los del Sur, de lo que denunció como sumisión a las instituciones financieras tradicionales.
Esta institución se presenta como alternativa al FMI y el Banco Mundial, controlados principalmente por Estados Unidos y sus aliados occidentales. La institución, creada hace más de siete años, ha aprobado 99 proyectos de préstamos por valor de casi 34 mil millones de dólares, principalmente para proyectos de infraestructura, según la cancillería china.
En su discurso de toma de posesión, Rousseff aseguró que el NBD está en “una posición única para liderar el camino” en dirección a un mundo próspero y con un desarrollo compartido. También enumeró los “desafíos significativos” a los que se exponen las economías emergentes como la desigualdad persistente, la pobreza extrema, la infraestructura inadecuada o la falta de acceso a la educación y a la salud.
Lula aseguró que la llegada de Rousseff “al frente de un banco global de tal envergadura es un hecho extraordinario en un mundo todavía dominado por los hombres”, después de la renuncia en marzo del diplomático brasileño Marcos Troyjo, que asumió el cargo en 2020 por designación de Bolsonaro.
Afirmó que “ningún banco puede estar asfixiando las economías de países como hace ahora en Argentina el FMI o como hicieron con Brasil durante tanto tiempo y con todos los países del tercer mundo”. Cuestionó: "Hoy un país necesita correr detrás del dólar cuando podría exportar en su moneda propia" (...) ¿Por qué un banco como el de los BRICS no puede tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China, entre Brasil y otros países de los BRICS?"
Lula viajará hoy a Pekín para reunirse con su par chino, Xi Jinping, con quien abordará el conflicto de Ucrania. Los dos países tienen en común el hecho de no haber impuesto sanciones a Rusia, y esperan desempeñar un papel de mediadores.
En tanto, la Fiscalía Electoral de Brasil pidó la inhabilitación de Bolsonaro durante ocho años por considerar que existen indicios de que incurrió en abuso de poder cuando atacó al sistema electoral y las urnas electrónicas durante una reunión en julio de 2022 con embajadores.