Washington. Funcionarios estadunidenses y cubanos discutieron ayer asuntos migratorios, mientras la administración del presidente Joe Biden se prepara para el final de las restricciones fronterizas de la era covid, que han bloqueado a los cubanos en los últimos meses para cruzar a Estados Unidos desde México.
La reunión de alto nivel en Wa-shington siguió a una celebrada en La Habana en noviembre pasado, y se conoce un año después de que el gobierno de Biden reanudó las conversaciones sobre migración tras un largo paréntesis en el mandato de Donald Trump, republicano que buscará la relección en 2024.
El jefe de la delegación cubana, el vicecanciller Carlos Fernández de Cossio, aseguró que “medidas extremas e inhumanas” han perjudicado medios de subsistencia de los cubanos y han estimulado la emigración, en una referencia al embargo económico de Estados Unidos a Cuba y otras sanciones.
La delegación cubana reiteró “la importancia de que se restablezca” el procesamiento de visas de no inmigrantes” porque “tras seis años, le resulta inexplicable al ciudadano cubano la obligación de viajar a un tercer país para obtener una visa”.
En enero de 2023 la embajada estadunidense reanudó la entrega de visas inmigrantes de reunificación familiar a los cubanos, pero sigue sin expedir las de no inmigrantes, destinadas a turistas, estudiantes e inversores, entre otros.
Los representantes cubanos también protestaron de nuevo por el “otorgamiento de asilo político” a Rubén Martínez Machado, piloto cubano que huyó en octubre a Florida en una avioneta. “La impunidad sobre acciones de esta naturaleza estimula actos ilícitos con consecuencias peligrosas y negativas para la seguridad aérea y nacional de ambos países”, aseveró.
Las dos delegaciones revisaron el cumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales, semanas antes de que el gobierno estadunidense levante el 11 de de mayo una norma sanitaria que permite bloquear a la inmensa mayoría de los migrantes en la frontera con México.
En 2022, Washington y La Habana reanudaron las negociaciones migratorias, en un contexto de éxodo récord de cubanos.
Desde entonces el número de cubanos interceptados por las autoridades estadunidenses cayó de 28 mil 845 en octubre de 2022, a 753 en febrero de 2023, según datos oficiales, a raíz de un plan de Biden que autoriza la entrada hasta de 30 mil migrantes por mes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela.
La delegación estadunidense, presidida por el subsecretario adjunto del Departamento de Seguridad Nacional para América Latina, David Cloe, destacó “áreas de cooperación exitosa” e “identificó problemas que han sido obstáculos para cumplir con los objetivos de los acuerdos”, destacó el Departamento de Estado en un comunicado, sin especificar cuáles.
“Garantizar una migración segura, ordenada, humana y regular entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés de ambos países”, de acuerdo con Washington, que afirma estar interesado en “fomentar la reunificación familiar y promover un mayor respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales” en la isla.
Cuba fustigó las “medidas de estímulo a la migración indocumentada” impulsadas por Estados Unidos, y en un comunicado de la cancillería citó “el impacto negativo” del bloqueo económico y “el trato preferencial que aún reciben los cubanos que entran sin papeles a territorio estadunidense”.
A su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021, Biden prometió revisar la política hacia Cuba, pero endureció su posición tras las manifestaciones antigubernamentales de julio de ese mismo año en la isla.