Una migrante venezolana y su bebé de siete meses estuvieron a punto de morir ahogados cuando el colchón inflable en el que se desplazaban por el río Bravo, en un intento por cruzar la frontera México-Estados, se volcó.
En la última semana, el paso de indocumentados por dicho cauce, hacia Brownsville, Texas, se ha incrementado; los extranjeros están desesperados tras meses de estadía en el campamento de refugiados de Matamoros.
Según un video difundido en las redes sociales, la mujer, cuyo nombre se desconoce, manoteó desesperadamente a mitad del río Bravo para salvar su vida y la de su pequeño; varios migrantes que se encontraban en las orillas la auxiliaron.
El incidente provocó que por algunas horas grupos de extranjeros desistieran de atravesar el Bravo; sin embargo, más tarde continuaron.
Desde inicio de la presente semana los cruces se incrementaron, debido, en parte a que al campamento ubicado en las inmediaciones del cauce llegaron nuevos contingentes de indocumentados.
Sin embargo, al ver las deplorables condiciones en las que se encuentran los refugiados, optan por atravesar a nado o en inflables hacia Estados Unidos, aun sabiendo que serán arrestados por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Los ciudadanos originarios de países como Venezuela, Haití, China, e incluso Rusia, reportan fallas en la aplicación CBP One que el gobierno estadunidense instrumentó para que de manera virtual presenten petición de asilo humanitario.
A decir de los migrantes la aplicación solo permite solicitudes individuales y no grupales, lo que afecta a viajeros que con hijos llegan a Matamoros con la esperanza de ingresar a Estados Unidos y tener mejores oportunidades de vida.