Tres instituciones educativas de Argentina, Colombia y México, más de 100 académicos y otros actores de la región y una fundación estadunidense (Ford) sumaron esfuerzos para elaborar un informe que propone construir una “hoja de ruta” para las Américas, que tiene cada vez más problemas comunes y, paradójicamente, menos interés en abordarlos de manera conjunta.
El informe (Co)construyendo una agenda estratégica para las Américas –“masacramos el español”, reconoció una de sus autoras– fue presentado en la institución que coordinó los trabajos, El Colegio de México (Colmex), con la presencia de representantes de las otras participantes: la Universidad Torcuato di Tella (Argentina) y la Universidad de los Andes (Colombia).
Tres grandes temas gravitaron en la presentación y el informe mismo: las desigualdades, las migraciones y los efectos del cambio climático.
No se trata, evidentemente, de los únicos asuntos significativos del continente, pero sí, consideran los autores, de los ejes que “pueden detonar cambios en otros temas. Se trata de cuestiones que no pueden resolverse de manera separada y, al estar tan interconectadas, atacarlas individualmente no es suficiente”. Agregó que “si sólo nos concentramos en aminorar los síntomas, no atacaremos de raíz los problemas”.
¿Qué hacer frente a estos problemas comunes? Pues utilizar los organismos del sistema interamericano ya existentes. ¿Cuál es el estado de esas instituciones y, en general, de los esfuerzos de integración y colaboración? El informe, que ofrece un diagnóstico de los temas enunciados, no es optimista en lo que hace al funcionamiento de esos organismos. Exhibe la inoperancia de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el fracaso de la última edición de la Cumbre de las Américas (CAM, Los Ángeles, junio de 2022), frente al entusiasmo que despertó la primera reunión (Miami, 1994).
En el análisis de los discursos de los mandatarios, los investigadores encontraron “básicamente una Torre de Babel”, resumió Guadalupe González (Colmex), una de las coordinadoras de los trabajos.
“La CAM, igual que otros foros, no ha generado una agenda compartida ni una hoja de ruta”, entre otros factores, siguió González, porque prevalece “una primacía de la política interna, que no es mala en sí misma, (pero sí) disfuncional cuando el contexto es de polarización política, porque entonces los gobiernos no pueden hacer nada o tienen la tentación populista y entonces las respuestas son francamente fugas al futuro”.
El informe propone construir “redes para el diálogo multinivel de sur a norte”; “vincular a la academia y la sociedad civil con enfoque continental”, y “construir en colectivo una agenda de acción centrándonos en temas prioritarios”.
Natalia Saltalamacchia, profesora del ITAM, afirmó que Luis Almagro, secretario general de la OEA, “haría bien en renunciar” antes de que concluya su periodo (2025) porque ha sido “absolutamente irresponsable”. Para la investigadora no es casual que en el informe haya pocas referencias a la OEA, comparadas con las que se dedican a la Celac, por ejemplo. Un síntoma de su inoperancia.
“No es ambicioso pensar que el informe constituye una agenda de trabajo regional”, aseguró en la apertura del acto de presentación, Vicente Ugalde, secretario general del Colmex.
Juan Gabriel Tokatlian, de la Universidad Luca di Tella, afirmó que se trata de “un proyecto genuinamente latinoamericano”, y agradeció la “generosa contribución de la Fundación Ford durante dos años”. Para el investigador argentino es necesario “replantear los modos de buscar alguna incidencia, desde nuestros países, en Estados Unidos”.