Vicente Fox Quesada ha sido un empresario proestadunidense que mediante continuos disparates se ha servido de la política para resolver sus problemas económicos.
Ejerció la presidencia de la República (2000-2006) en términos políticos e ideológicos casi de caricatura y fue capaz de traicionar su máximo logro, ser el primer candidato en botar al PRI de Los Pinos, al convertirse en alfombra tricolor con Enrique Peña Nieto, José Antonio Meade y otros priístas, para mantener a flote sus negocios y garantizar su impunidad.
A reserva de que el presidente López Obrador precise los datos dados a conocer en su conferencia mañanera de prensa de este martes, respecto a los permisos dados en los últimos cinco días de la administración de Enrique Peña Nieto a miembros de la familia Fox para comerciar derivados de la mariguana, resulta evidente el uso del poder y la presencia política para favorecer negocios, en un contexto de tráfico de influencias.
Fox proviene de la matriz empresarial de la Coca-Cola, donde llegó a ocupar altos cargos a escalas nacional y latinoamericana. La poderosa empresa embotelladora ha sostenido políticas de cooptación de “servidores públicos” en funciones o retirados de sus cargos. Tal estrategia ha pasado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), señalada por López Obrador como la oficina que ya al mero final del sexenio de Peña Nieto autorizó los negocios de Fox, un “soldado en favor de la legalización de la mariguana” (High Times: https://bit.ly/2JPt7Gb).
En marzo de 2022, Kenia Velázquez y Elizabeth Rosales escribieron para PopLab (dirigido por Arnoldo Cuéllar) y Connectas, el reportaje titulado Las fichas de Coca-Cola. Tácticas comerciales para incidir en políticas de salud pública (https://bit.ly/3Gx59uI). En ese trabajo se señala: “Tres años después de haber terminado su labor como servidor público, en Cofepris y el IMSS, Patricio Caso Pardo se sumó a las filas de The Coca-Cola Company como senior director of Government Affairs. Es el caso más reciente de una lista de ex funcionarios de primer nivel que mantienen vínculos estrechos con la refresquera” y sus embotelladoras, como “Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Luis Téllez Kuenzler, Genaro Borrego y Roberto Campa Cifrián, entre otros”.
Caso Pardo fue parte del equipo de Mikel Arriola en la Cofepris y el Seguro Social. Arriola fue director de Cofepris desde abril de 2011, aún con Calderón en Los Pinos, como pieza de Peña Nieto que se mantuvo en esa comisión hasta febrero de 2016, cuando pasó a dirigir el IMSS y fue relevado en Cofepris por Julio Sánchez y Tépoz (https://bit.ly/3KTY9uv), a quien habría correspondido la facilitación de negocios a Fox, si las fechas y datos del presidente López Obrador se confirman. Arriola fue candidato del PRI al gobierno de la Ciudad de México, postulado para perder como lo fue José Antonio Meade en la contienda presidencial. Desde 2020 es presidente de la Liga BBVA Mx de futbol profesional.
Cofepris es un órgano desconcentrado, con facultades de regulación, control y fomento sanitarios y encuadrado en la Secretaría de Salud. Pero en la cruda realidad de la enorme corrupción, marcadamente durante la administración peñista, fue una oficina de validación de permisos y autorizaciones de servicios, medicamentos y productos (entre ellos, los llamados “milagro”).
Fox retó al presidente López Obrador a probar los dichos respecto a los permisos para negocios de derivados de la mariguana. Ya se conocerán los nuevos datos que aporte Palacio Nacional.
Y, mientras en San Lázaro algunos diputados morenistas encabezaban la resistencia a los acuerdos de todos los partidos, excepto Movimiento Ciudadano, para reducir facultades al Tribunal Electoral federal y dar pasos regresivos en cuanto a inclusión y acciones afirmativas en candidaturas y cargos, ¡hasta mañana!
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