Santiago. Mientras en la Cámara de Diputados se discutía un proyecto acerca de "reglas del uso de la fuerza" por policías y militares, para enfrentar la delincuencia que castiga a Chile, a media tarde se informaba que tres agentes policiacos fueron heridos a bala de diversa gravedad, tras ser emboscados en un barrio del municipio de La Florida, en Santiago.
El ataque, en que los carabineros abatieron a un atacante y capturaron a otro, tuvo el efecto de parar la discusión en el legislativo, cuando sectores derechistas alegaron que el gobierno busca mediatizar la severidad del proyecto, para complacer a parlamentarios oficialistas de Apruebo Dignidad (Frente Amplio y Partido Comunista) que desconfían y desaprueban, por los riesgos de violación de los derechos humanos, el "populismo penal y policiaco" al que avanza el país.
El baleo tuvo el efecto también de multiplicar las exigencias para que se militaricen los 30 municipios más violentos del país, donde tiene ugar la mitad de los crímenes.
Mientras aquello sucedía en la capital, desde la Región de la Araucanía, donde organizaciones mapuche se alzaron en armas contra el Estado para recuperar tierras ancestrales, se conocía de tres ataques incendiarios contra decenas de maquinarias y camiones forestales.
En esa zona, desde hace 15 meses rige un estado de excepción constitucional y el despliegue de tropas, que no logra aplacar la insurgencia que incluso está a la ofensiva en las últimas semanas.
En el último mes tres carabineros murieron a manos de delincuentes comunes, el más reciente la semana pasada, horas después de aprobarse una ley que endurece las penas carcelarias para quienes ataquen a los agentes y que estableció la legítima defensa privilegiada al disparar, al presumir que su vida y/o la de terceros corre peligro.