Belfast. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó ayer a Belfast, la capital de Irlanda del Norte, donde celebrará el 25 aniversario del acuerdo de paz que puso fin a décadas de violencia en esta provincia británica y tratará de relanzar el diálogo político.
Antes de abordar el avión presidencial, Biden manifestó que la prioridad de su viaje es “mantener la paz” y poner fin al bloqueo institucional que sufre la región por desacuerdos vinculados a la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El premier británico, Rishi Sunak, recibió al mandatario estadunidense, de 80 años, en el aeropuerto. Su llegada se produce apenas 24 horas después del 25 aniversario del Acuerdo de Viernes Santo, alcanzado tras largas negociaciones en las que participaron los gobiernos de Londres, Dublín y Washington.
El histórico pacto, sellado en 1998, puso fin a tres décadas de conflicto entre los nacionalistas proirlandeses, mayoritariamente católicos y favorables a una reunificación con Irlanda, y los unionistas probritánicos, principalmente protestantes y que deseaban permanecer en Reino Unido. La violencia de esos años dejó 3 mil 500 muertos.
Un cuarto de siglo después, Irlanda del Norte se encuentra inmersa en una grave crisis política con instituciones paralizadas desde hace más de un año.
Algunos incidentes estallaron el lunes en la ciudad fronteriza de Londonderry, cuando jóvenes encapuchados lanzaron bombas incendiarias contra vehículos de la policía.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró que Washington desea ver la reanudación del diálogo entre las fuerzas políticas de la región.
“El mensaje es doble. Se trata de una felicitación por los 25 años del Acuerdo de Viernes Santo y de hablar de la importancia de intentar trabajar en políticas comerciales y económicas que beneficien a todas las comunidades, así como a Estados Unidos”, subrayó.
El mandatario estadunidense permanecerá apenas unas horas en Belfast, donde hoy pronunciará un discurso en la Universidad del Ulster.
A continuación viajará a la República de Irlanda, en una visita de tres días que lo llevará el viernes a Ballina, ciudad de sus antepasados.
La paz en Irlanda del Norte es quizá más frágil hoy de lo que lo ha sido en cualquier otro momento desde la firma del acuerdo.
En los años posteriores a su firma se desarmó a los paramilitares norirlandeses, se desmanteló la militarizada frontera terrestre y se retiraron las tropas británicas del territorio.
Pero los desacuerdos vinculados al Brexit y la violencia de algunos grupos amenazan hoy con empañar la preciada paz en la provincia.
Los servicios de seguridad británicos elevaron el nivel de amenaza terrorista el mes pasado tras el intento de asesinato de un policía.
El lunes, al celebrarse los 25 años del acuerdo, Sunak hizo hincapié en la necesidad de “redoblar” los esfuerzos para cumplir con “la promesa hecha en 1998 y los acuerdos que siguieron”.
Las instituciones, en las que los republicanos y los unionistas deben compartir el poder, están paralizadas desde hace un año.
El Partido Unionista Democrático (DUP, por sus siglas en inglés) lleva más de 14 meses boicoteándolas para protestar contra las disposiciones especiales aplicadas a la región tras el Brexit, efectivo desde principios de 2021.
Las medidas mantienen a Belfast en el mercado único europeo para evitar el retorno de una frontera física con la República de Irlanda, miembro de la Unión Europea.
Pero el DUP teme que estas disposiciones alejen a la región de Reino Unido y hagan más probable una Irlanda unificada, objetivo de los republicanos.
El presidente estadunidense se reunirá con su par irlandés, Michael Higgins, y el premier Leo Varadkar mañana.
También hablará ante el Parlamento y asistirá a una cena en el Castillo de Dublín.
El viernes dará un discurso en Ballina, de donde emigraron sus antepasados en el siglo XIX, huyendo de la hambruna para instalarse en Pensilvania.