Tres cuerpos de agua comienzan a devolver al Bosque de Tláhuac el atractivo que le dio el lago artificial a más de cinco años de que se secó por completo a consecuencia de las grietas que se formaron con los sismos de 2012 y 2017.
Luego de ocho meses de iniciados los trabajos para la rehabilitación del bosque, trabajadores plantan junco en las orillas y al centro de uno de los estanques para formar una isla vegetal, en tanto maquinaria pesada acondiciona el lecho de un embalse de mayores dimensiones.
El lago se comenzó a desecar hace 11 años tras el sismo de 7.8 grados que sacudió la ciudad en marzo de 2012, al formarse seis grietas por las que se filtró el agua; se intentó recuperar, pero terminó de secarse con el siguiente temblor de 8.2 grados, en septiembre de 2017.
Bajo la sombra de la arboleda que rodea uno de los embalses, Julio y Alma Delia Herrera, vecinos de la colonia La Draga, descansan junto a tres perros pastor alemán con los que salieron a pasear al bosque. Cuando llegaron a vivir allí hace unos años el lago ya no existía, pero saben por comerciantes del lugar que llegaba mucha gente a recorrerlo en lanchas que se rentaban, como en Chapultepec.
La alcaldía informó que los fines de semana visitan el bosque entre 5 mil y 6 mil personas, y en esta temporada de vacaciones se tuvo un aforo de más de 10 mil visitantes. Tiene una superficie de 34.4 hectáreas, de las que 9.5 eran ocupadas por el lago.
“Está quedando muy bien, ojalá terminen pronto y quede como antes, dicen que había peces, patos y tortugas”, comentó Julio.
Sultán, el mayor de los tres perros, salta al agua, y a lo lejos trabajadores en los senderos que separan los estanques les hacen señas para que impidan que vuelva a meterse.
La inversión destinada para rehabilitar el bosque por el Gobierno de la Ciudad es de 60 millones de pesos. Se realizaron estudios geotécnicos con la finalidad de sellar las fisuras y determinar el tratamiento del lecho a fin de evitar agrietamientos; en tanto concluyen los trabajos, dos calaveras monumentales se mantiene de pie, sobre pedestales a la orilla de lo que será el embalse mayor, junto a árboles recién sembrados.