La rápida alza en las tasas de interés y la fortaleza del dólar tienen a decenas de países al borde del impago; en ese contexto, Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció que en el marco de las Reuniones de Primavera que se llevan a cabo esta semana en Washington se realizará un encuentro entre todos los acreedores, públicos y privados, los países con problemas de endeudamiento y los organismos internacionales para buscar una solución.
Georgieva y David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial, enfatizaron que el acelerado incremento en las tasas de interés no sólo están generando mayores presiones para el pago de los intereses de la deuda en países de ingresos medio y bajo, sino que a ello se suma una salida de capitales que lejos de abonar a la “convergencia” –el que las economías de menos ingresos alcancen a las “desarrolladas”– está ampliando las desigualdades.
La directora gerente del FMI destacó que la economía mundial se sostiene en un contexto de alta incertidumbre: a la par de “un problema significante de inflación”, que ha obligado el incremento de tasas de interés por parte de los bancos centrales para combatirlo, esta rápida transición en la política monetaria ha expuesto las vulnerabilidades en el sector financiero.
De acuerdo con Georgieva y Malpass, estas vulnerabilidades en el sector financiero han sido mejor zanjadas por los bancos centrales y autoridades regulatorias que en 2008. Sin embargo, las crisis tras crisis que se han venido presentando han empujado la agenda de largo plazo por la inmediata, que es garantizar estabilidad de precios y financiera.
David Malpass, quien deja su cargo al frente del Banco Mundial en junio, recalcó que si bien los bancos centrales han encarecido el costo de dinero a través de la tasa de interés, con el objetivo de reducir la demanda y con ello la inflación, una medida de mayor plazo es ampliar la oferta, al tiempo que destacó el encarecimiento en los precios de los alimentos y fertilizantes. Al respecto, Georgieva destacó que este choque para la economía mundial se puede eliminar sólo con la decisión de Rusia de parar la guerra en Ucrania.
Consolidación fiscal no ha reducido deuda
En un reporte que se presentó en el marco de las Reuniones de Primavera, el FMI destacó que la consolidación fiscal normalmente no ha reducido los coeficientes de endeudamiento en el pasado debido a que no se dieron las “condiciones adecuadas ni las políticas correspondientes” para acompañarla; en la actualidad es posible que los países con una mayor carga de endeudamiento requieran una “reducción sustancial y rápida de la deuda”, alertó.
Luego de que la deuda pública se disparó a un nuevo récord durante la pandemia y superó el producto interno bruto (PIB) mundial, el endeudamiento gubernamental permanece elevado, mientras el aumento de las tasas de interés y la fortaleza del dólar estadunidense abonan al encarecimiento de los intereses, lo que pesa sobre el crecimiento “y alimenta los riesgos de estabilidad financiera”, amplió el organismo.
En un capítulo analítico de su más reciente informe Perspectivas de la economía mundial, el FMI reportó que de acuerdo con los datos analizados de dos décadas, una “contracción fiscal adecuada” de aproximadamente 0.4 puntos porcentuales del PIB reduce el índice de deuda en 0.7 puntos porcentuales en el primer año y hasta 2.1 después de cinco años.
Este efecto está condicionado al momento en que se hace el ajuste fiscal y el tipo de economía que lo reciente, por ejemplo, en los países de ingresos altos “es más probable que los recortes en el gasto reduzcan los índices de deuda a que aumenten los ingresos”. Añadió que “las probabilidades de éxito también mejoran cuando la consolidación fiscal se ve reforzada por reformas estructurales”.