A nivel mundial las lesiones y traumatismos no intencionados se ubican entre las principales causas de muerte de niños y adolescentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2020 murieron más de 1.5 millones de adolescentes y adultos jóvenes de entre 10 y 24 años. Más de cien mil perdieron la vida en un accidente de tránsito y 40 mil más por ahogamiento.
En México, los accidentes en la población menor de diez años son considerados un problema de salud pública.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018-2019, revela que 680 mil 305 niños sufrieron un accidente, principalmente entre los 5 y 9 años. Se estima que al menos 7 por ciento sufrió consecuencias permanentes en su salud.
Al respecto, la Secretaría de Salud, a través del Secretariado Técnico del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Stconapra) alerta que, después de las lesiones por accidentes de tránsito, el mayor porcentaje de lesiones ocurren por accidentes en el hogar, ya sea por caídas, quemaduras, heridas, intoxicaciones y ahogamiento.
El Informe sobre la Prevención de Accidentes en Grupos Vulnerables 2019, elaborado por el Stconapra, destaca que en México entre 2000 y 2018 fallecieron 696 mil 666 personas por lesiones accidentales.
Los más pequeños son más propensos a sufrirlas
Se estima que 20.3 por ciento de los decesos corresponden a población infantil de 0 a 9 años de edad; mientras que 9.1 por ciento a adolescentes de 10 a 19 años de edad.
Señala que las lesiones accidentales no fatales son un importante motivo de atención médica en los servicios formales de salud en el país.
Durante 2018, en hospitales de la Secretaría de Salud y del Instituto Mexicano del Seguro Social, “se registraron 61 mil 346 egresos hospitalarios por caídas; 5 mil 719 por envenenamientos e intoxicaciones; 4 mil 351 por quemaduras; 227 por asfixia y 172 por ahogamientos.
De los casos registrados 59.6 por ciento correspondió a población infantil, adolescente y adulta mayor”.
De acuerdo con la Estrategia de Prevención de accidentes en el hogar en las niñas y niños menores de 10 años, elaborado por el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia, se debe aplicar en casa una cultura de la prevención con diversas acciones que garanticen la seguridad de los menores de 0 a 10 años de edad.
Entre las recomendaciones que hacen los especialistas destacan el evitar que jueguen cerca del agua ni de dónde se almacena, ya sea una cisterna, tambos o cubetas; además no permitir que entren a la cocina sin supervisión de un adulto y no guardar productos de limpieza sin un debido etiquetado a menos 1.20 metros de altura ni usar envases de refrescos para guardarlos.
Además, se recomienda no dejar que los menores crucen solos la calle; evitar colocar cordones o cadenas a los niños y no dejar a su alcance cables o cuerdas. También se deben almacenar todos los medicamentos lejos de su alcance, así como los productos químicos y cualquier bebida alcohólica.