El sector bancario mexicano está bien posicionado para capear el temporal que ha dejado la crisis de los bancos regionales estadunidenses, pero México no estará a salvo en caso de una ralentización del crecimiento estadounidense, afirmó el área de análisis de UBS.
De acuerdo con Gabriela Soni, directora de estrategias de inversión de UBS México; Alejo Czerwonko, director de inversiones para mercados emergentes de las Américas, y Donald McLauchlan, estratega de crédito para UBS América Latina, las vulnerabilidades sistémicas de la banca mexicana parecen estar bajo control, pues las reformas de regulación financiera aplicadas tras la crisis financiera mundial han fortalecido el sistema.
A diferencia de Estados Unidos, donde algunos bancos están exentos de cumplir determinadas regulaciones en función de su tamaño, en México todos los bancos están sometidos a las normas de Basilea III, que dispone amplias reservas de liquidez para afrontar la posible salida de fondos con un coeficiente de cobertura de liquidez de 289.2 por ciento y un coeficiente de financiación estable neta de 140.7 por ciento a finales de 2022, muy por encima de los requisitos mínimos de 100 por ciento.
Así que por este sector no habría problemas, es muy probable que los bancos de Estados Unidos, ahora sometidos a presión, se muestren más cautos para conceder préstamos y presten más atención a la solvencia de los prestatarios.
“El endurecimiento de las normas de préstamo podría debilitar la economía estadunidense y aumentar el riesgo de recesión, lo que a su vez podría repercutir en la actividad más modesta de México, a través de las exportaciones y remesas”, prevén los especialistas de UBS.
Los efectos retardados de la enérgica subida de tasas de los bancos centrales y el endurecimiento de las condiciones crediticias a nivel mundial tendrán consecuencias económicas de peso en Estados Unidos que también harían mella en la actividad de México.
En el estudio Los bancos mexicanos están listos para capear el temporal, UBS destacó que las entidades financieras no bancarias podrían mostrarse más vulnerables, pero el riesgo no es lo suficientemente grande para el sistema.
UBS considera que los sólidos fundamentales del peso mexicano siguen vigentes y el tipo de cambio podría volver a tocar sus mínimos recientes cuando se relaje la inquietud por la estabilidad financiera.
Explica que la debilidad reciente del peso puso de relieve que el carry trade con la moneda mexicana no está exento de riesgos, pero el tipo de cambio podría volver a sus últimos mínimos. Las previsiones de UBS para finales del segundo trimestre de 2023 es de 18 pesos por dólar; 18.5 unidades para el tercer trimestre; 19 pesos para el cuarto trimestre y 19.25 unidades para el primer trimestre de 2024.