Con el fin de no desperdiciar agua el Sábado de Gloria, adultos, jóvenes y niños encontraron en los balnearios de la ciudad una opción para convivir y divertirse sin que la falta de tiempo ni dinero fueran un obstáculo.
Desde las 9 de la mañana, familias completas y grupos de amigos del oriente de la capital y de los municipios de Chimalhuacán, Chalco e Ixtapaluca, en el estado de México, atiborraron el Elba de la calzada Ignacio Zaragoza, Iztapalapa, a bordo de sus autos, en taxis y transporte público con mochilas en las que llevaban trajes de baño, toallas y sandalias, así como refrescos, agua, pan, jamón, mayonesa, queso y frijoles para los emparedados.
Otros, como Carlos Barrera y su parentela de nueve, de Chinampac de Juárez, optaron por cocinar en casa, así que llegaron con la cacerola de arroz, huevos cocidos, nopales, papas con longaniza y tortillas.
Tras pagar 90 pesos los adultos y 80 los menores, personal de vigilancia del balneario revisaba que no ingresaran con bebidas alcohólicas. Con una bocina y micrófono, el diyéi Johny Boy los animaba para moverse a diferentes ritmos musicales en la alberca.
Héctor Fernández, residente de la colonia 20 de Noviembre, llevó a sus familiares que lo visitan desde León, Guanajuato. Los 13 se divirtieron a pesar de que “el presupuesto no nos alcanza para salir a otros lugares”, además de que no pueden desperdiciar el agua.
Teresa Rosales, de 80 años, acudió con su hijo y tres nietos desde Ixtapaluca al recordar que la última vez que visitó el balneario tenía 26 años. Imelda y su familia también llevaron comida y agua de piña; tras bailar, expresó: “Es muy divertido, andamos echando relajo”.
Santiago, de Chimalhuacán, dijo que el Elba “es un lugar tranquilo, muy famliar y bueno para la convivencia”, mientras Jorge, acompañado por su esposa Angélica, hijos, cuñada y sobrinos, recordó que su papá lo llevaba cuando era niño