Los dos años de mayor aislamiento social durante la pandemia (2020 y 2021), causaron un impacto negativo en la operación de las organizaciones civiles defensoras de los derechos humanos y las mujeres, pues aumentó el estrés, la carga de trabajo, y al mismo tiempo disminuyeron las horas de desconexión laboral, la cohesión entre los equipos de trabajo y, en algunas asociaciones, se paralizó el trabajo de campo y acompañamiento a mujeres debido al riesgo de contagio de covid-19.
El reporte Impacto de la Pandemia por covid-19 en las organizaciones defensoras de los derechos humanos de las mujeres que integran el Observatorio Género y Covid-19 en México, reveló que 54.7 por ciento de los integrantes de estas 20 agrupaciones considera que su salud física empeoró durante la pandemia, mientras que 7 de cada 10 está asegura que su salud mental mermó.
A nivel organizacional, indica el diagnóstico que hizo este observatorio, 48.9 por ciento consideró que la pandemia impactó negativamente en sus agrupaciones, debido “a la carga laboral, la disminución de presupuesto, al cambio o reajuste de proyectos debido a que muchos recursos de donantes se enfocaron en la respuesta a la pandemia, menor desconexión o tiempo libre, disminución en la cohesión de los equipos, dificultades para brindar atención directa a mujeres o acompañar casos, e incluso incertidumbre laboral”.
El informe destaca diversas acciones para velar por el bienestar de los equipos durante la pandemia, como el teletrabajo, días de recuperación por contagio sin comprobante médico, flexibilidad frente a labores de cuidado de personas enfermas de covid-19 o al fallecimiento de familiares y el pago de seguro de gastos médicos mayores y menores.
Sin embargo, 60 por ciento manifiesta que actualmente se encuentra en algún tratamiento o proceso para mejorar su salud física.
Esta tendencia, indican, prevalece de alguna forma en este contexto de regreso a la normalidad, pues 50 por ciento admite que aún no tiene un equilibrio entre vida laboral y vida personal.