Madrid. Las masivas protestas en Francia contra la reforma de las pensiones impulsada por el presidente, el conservador Emmanuel Macron, tienen un nuevo símbolo: la sede de las oficinas en París del fondo buitre BlackRock, que mueve miles de millones de euros de los capitales para el retiro de ciudadanos de todo el mundo, y que fue tomada por trabajadores indignados antier, durante la decimoprimera jornada de movilizaciones, informó ayer la prensa francesa.
Las oficinas fueron tomadas por centenares de manifestantes que portaban antorchas y gritaban consignas contra el plan de Macron y las operaciones la empresa estadunidense, que especula financieramente con los fondos de las pensiones. “Se necesita dinero para financiar nuestro sistema de pensiones y aquí hay suficiente”, afirmó Fabien Viledieu, vocero del sindicato de trabajores ferroviarios, al diario Le Parisien.
“Los bancos crean crisis y Black-Rock es uno de ellos”, fue una de las consignas, al asegurar que “en lugar de quitarles dos años de vida a los trabajadores, Macron debería buscar fondos aquí”.
Otro acto simbólico, que se viralizó en Internet, fue el ataque con fuego a La Rotonde, el restaurante predilecto de Macron en París, y que sufrió severos daños.
Para el próximo jueves habrá otra jornada de protestas, un día antes del crucial pronunciamiento del Consejo Constitucional sobre la reforma el sistema de pensiones saltándose la votación en la Asamblea Nacional por la vía del decreto.