Hasta el último momento de su vida, Antonio del Conde fue un hombre de convicciones, fiel a sus principios, jamás guiado por la avaricia ni la acumulación, dijo Tomás Pliego, fundador de Morena, al recordar a El Cuate, como llamó Fidel Castro a quien financió y reparó la embarcación que llevó de México a Cuba a los 82 revolucionarios del Movimiento 26 de Julio.
“Deja también un legado para los pueblos latinoamericanos: la solidaridad y la hermandad, pero sobre todo, un ejemplo del desprendimiento de lo material y amar la lucha por el beneficio de todas y todos”, comentó en entrevista.
Del Conde fue un próspero empresario que en la década de los 50 tenía una armería.
“Era un hombre de clase media alta, acomodado, como toda su familia; sin embargo, él decidió apoyar a Fidel Castro; algo que él contaba era que cuando Castro visitó su armería se quedó impresionado por su personalidad, por su carácter”.
Y por apoyar esa causa, estuvo un tiempo preso en Estados Unidos, su país de origen.
“Pero ni perder su libertad le importó. Puedo decir con profunda y absoluta certeza que era un hombre de principios, de convicciones, no era un vil mercader; a pesar, insisto, de que era un empresario próspero.
Obradorista y fidelista
“¿Qué le hizo apoyar esa causa (que derivaría en el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959)?, siempre respetar los principios; era de izquierda, revolucionario, profundamente fidelista, pero también un hombre profundamente obradorista.”
Muchísimas veces volvió a ver a Castro. “Todavía fue hace muy poco tiempo a Cuba, iba año con año y veía Fidel; ahí era recibido como un hermano”.
Tomás Pliego conoció a El Cuate hace muchos años, en la política, y cuando en una reunión descubrieron que él y su padre –Julio Pliego– eran primos, se estrechó más la amistad.
Así constató que era una persona que vivía en absoluta austeridad, sin lujos, sin privilegios y jamás buscó provecho o algún cargo político.
“Lo vi hace como dos meses y seguía viendo puntualmente la mañanera, era un gran admirador de López Obrador. Realmente era un hombre único, excepcional.”