Para que la ciudadanía se enamore de su patrimonio cultural hay que darlo a conocer, expresa la historiadora y periodista Ángeles González Gamio en entrevista. La cronista y autora recibió en días pasados el Premio Federico Sescosse 2022 –creado en 2001–, el más alto reconocimiento que otorga el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), capítulo México, a figuras destacadas en el conocimiento, salvaguarda y recuperación del patrimonio cultural y natural.
A González Gamio le llena de orgullo que se lo hayan dado por su labor de difusión de más de 30 años, cuando por lo general el premio se entrega a personas dedicadas al rescate físico del patrimonio y su restauración. Desde 1992, Ángeles González Gamio es colaboradora de La Jornada, en cuyas páginas escribe una crónica semanal sobre las “maravillas”, sobre todo del Centro Histórico de la Ciudad de México, aunque también denuncia cualquier acción en contra de ellas.
Entre 2013 y 2016 realizó 65 programas de la serie Crónicas y retratos de México para Canal Once. Ha sido directora de la revista A Pie: Crónicas de la Ciudad de México. Para la escritora, la única manera en que las personas conozcan, valoren y se enamoren del patrimonio es por medio de la divulgación.
De acuerdo con la docente y dramaturga, la ciudadanía no sabe ver el patrimonio: “Las personas se quejan muchísimo de los problemas de la ciudad: el tráfico y la contaminación, por ejemplo. Sin embargo, tenemos una ciudad hermosísima, única en el mundo. En zonas como el Centro Histórico se ha hecho una labor relevante en el rescate y la restauración del patrimonio; no obstante, la ciudadanía no está consciente de ello. A través de mi trabajo trato de que lo vean. Que no sólo miren para abajo, sino también para arriba”.
Para muchos, velar por el patrimonio es tarea del gobierno o Estado. Según González Gamio la labor de cuidar físicamente al patrimonio es de la población, que, además, debe velar por que las autoridades cumplan con su función de rescate y preservación. De allí que le emociona que el presente premio lleve el nombre de Federico Sescosse (1915-1999), zacatecano que logró salvar la belleza impresionante de su ciudad natal.
Fue artífice en la emisión de una ley estatal de protección al patrimonio, también de que el centro histórico de la ciudad de Zacatecas se declarara patrimonio cultural de la humanidad en 1995. “La labor de los ciudadanos unidos es fundamental. Su voz tiene peso al denunciar cuando se cometen barbaridades o cuando no se protege algo. Para eso hay que estar conscientes de que cada plaza, cada edificio, es nuestro, no del Estado, ni del gobierno. Siento una agresión personal cuando maltratan algún inmueble, como si lo hicieran a mi casa”, señala González Gamio.
La nieta del antropólogo y arqueólogo Manuel Gamio conoció a Sescosse durante un viaje a Zacatecas, ocasión que aprovechó para entregarle una correspondencia entre su abuelo y el pintor zacatecano Francisco Goitia (1882-1960). “Mi abuelo fue muy amigo de Goitia, quien colaboró con él en Teotihuacan en su proyecto. Como escribí la biografía de mi abuelo, tenía los archivos que incluían las cartas. Se las entregué a Sescosse, porque promovió la compra de obras de Goitia exhibidas en el museo que lleva su nombre”. A González Gamio le impactó “la presencia y modelo de vida” de Sescosse.
De acuerdo con la galardonada, la mejor forma de preservar el patrimonio cultural es darle “un buen uso. El patrimonio se puede utilizar para los fines que uno quiera, ya sean comerciales u habitacionales. Sólo hay que respetar la arquitectura. Soy de la idea de dar buen uso al patrimonio, porque cuando las cosas no se usan, mueren. Necesitan tener vida”.
Recuerda que el patrimonio cultural da identidad. “Los programas que hice para Canal Once abarcaron toda la ciudad. En mi calidad de integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México conocía a los cronistas de toda la ciudad, que me orientaron para dar con maravillas en lugares en los que las personas creen que no hay nada, como Iztapalapa, alcaldía que resguarda en Culhuacán el mejor ex convento del siglo XVI. El público me agradecía incluir en los programas monumentos como éste. Decían desconocer que a la vuelta de su casa existía tal o cual maravilla, y que ahora tenían algo que presumir en su barrio. El patrimonio da identidad.
“Siempre he dicho a los políticos en general que acudan a sus cronistas para que les digan lo que hay de valor en sus barrios, colonias y alcaldías. En la medida en que sepan lo que tienen y lo valoren, lo van a cuidar. Van a tener mejores ciudadanos y les será más fácil gobernar. Además, éstos estarán dispuestos a colaborar en lo que sea para mantener su área, para que sea más segura y bonita.”
Ángeles González Gamio es autora de 14 libros y coautora de 11. Tres de ellos son compilaciones de sus crónicas publicadas en La Jornada. Al ser la mayoría de sus escritos atemporales sirven, como guías de recorrido de la ciudad. En ellos no podría faltar el tema culinario. Siempre menciona algún lugar “cercano” para visitar, dado que “la gastronomía también nos da identidad”. Pretende publicar un cuarto tomo, con crónicas de los tres años recientes, porque “siempre surgen cosas nuevas”.
Recibir el Premio Federico Sescosse 2022 compromete más a González Gamio en su lucha en favor de la difusión del patrimonio cultural, su rescate, preservación y divulgación.