Este viernes 7 de abril vence formalmente el plazo que Estados Unidos y Canadá dieron a México para argumentar de manera científica sus motivos para prohibir la importación de maíz amarillo genéticamente modificado y glifosato para no recurrir a un panel de controversias en el marco del tratado entre estas tres naciones (T-MEC).
El pasado 7 de marzo, el gobierno estadunidense solicitó formalmente al mexicano consultas bajo el amparo del capítulo de medidas sanitarias y fitosanitarias del T-MEC, al que luego se unió Canadá, y dio a México 30 días para argumentar y así definir el rumbo que tomará el conflicto.
Una vez cumplido ese plazo, según el convenio, los tres países en pugna se ponen de acuerdo para arreglar las diferencias en un plazo de 180 días. No obstante, las partes acusadoras pueden solicitar en cualquier momento un panel si no ven posibilidades de llegar a un acuerdo.
De esta forma, señalan especialistas, sólo existen cuatro caminos a seguir una vez cumplido el plazo: se define un nuevo periodo de 180 días; México comprueba con datos científicos los daños del maíz transgénico y glifosato a la salud humana; retira el decreto con el que prohíbe dichas importaciones, o Estados Unidos y Canadá solicitan formalmente el panel.
La semana pasada funcionarios de ambos gobiernos se reunieron a puerta cerrada para hablar del tema; sin embargo, no hubo información oficial de las conversaciones.
Sobre el decreto de México, Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración, destacó que la mayor parte del maíz que produce Estados Unidos es transgénico, y algunas variantes contienen hasta seis agrotóxicos, lo que lo hace peligroso para la salud humana.
Advirtió la que la presión de Estados Unidos para que México retire el decreto que prohíbe la importación y uso de maíz transgénico para consumo humano, es decir, en la cadena maíz-tortilla, es una “trampa”, toda vez que dicho país quiere que el decreto sólo haga referencia a la semilla genéticamente modificada, dejando de lado los agrotóxicos, usados en prácticamente la totalidad de sus cosechas.
Millonaria relación
Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, con un valor de 4 mil 915 millones de dólares, el maíz fue el producto que más ingresos representó para ese país en el total de sus exportaciones agrícolas a México durante 2022, producto de la venta de 15 millones 404 mil toneladas de grano, en su mayor parte amarillo y transgénico.
En tanto, de acuerdo con datos del Banco de México, nuestro país exporta cada año a Estados Unidos productos agroalimentarios por alrededor de 12 mil millones de dólares.
Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, explicó que si Estados Unidos y Canadá optan por llevar a México a un panel, podría arrastrar sanciones arancelarias en productos de exportación claves para México, como el acero o en el sector agropecuario, joyas como aguacate, berries u hortalizas de especialidad.