Acapulco, Gro., Gilberto Aguirre Bahena, miembro de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), salió en libertad del penal de Las Cruces, en Acapulco, la mañana de ayer, después de casi 21 años de estar preso por un delito que no cometió.
Sobreviviente de la matanza de Aguas Blancas, en la cual policías estatales asesinaron a 17 campesinos el 28 de junio de 1995 en el vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Gilberto Aguirre agradeció a Norma Mesino, dirigente de la OCSS, la lucha para lograr su excarcelación.
Alrededor de las 11 horas del miércoles Aguirre Bahena cruzó la puerta que lo separaba de la libertad. Lo esperaban amigos, familiares, sus hijas y activistas, después de 24 horas de trámites.
Lo acompañaron también representantes de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero y de La Voz del Amate, del Chiapas, entre otras organizaciones.
El ex preso señaló que se mantendrá en la lucha, pues falta que sean liberados dos compañeros de la organización, Antonio Barragán Carrasco, interno en un penal de Morelos, y Orlando Ávila Mesino, recluido en la cárcel de Acapulco.
Aguirre Bahena, quien fue detenido en Mexicali, Baja California, el 16 de mayo de 2002, acusado de homicidio, pidió al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que voltee a ver a las cárceles, pues “hay muchas personas inocentes encerradas”, y pidió dar prioridad a los asuntos de sus dos compañeros.
Otro miembro de la OCSS, Gerónimo Hernández Refugio, fue liberado el 10 de febrero pasado.
“Lo que me queda es estar tranquilo con mi familia y estar en paz; quiero buscar la forma de dedicarme a trabajar y a estar bien”, expresó Gilberto Aguirre, quien relató que lo torturaron para obligarlo a declararse culpable.
Su libertad llegó después de años de lucha de la OCSS y la autorización del comité permanente de seguimiento de preliberación y amnistía establecido por el gobierno federal para personas sentenciadas que hayan sufrido tortura, entre otros requisitos.
Norma Mesino expresó que a la OCSS le ha sido negada la justicia y ha sido golpeada desde su fundación en 1994. Mencionó la masacre de Aguas Blancas, así como los asesinatos de sus dirigentes, Eugenio Aguirre Bahena, hermano de Gilberto, Miguel Ángel y Rocío Mesino, y Eusebio Vázquez Juárez.
Recordó que a partir de la aparición del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el primer aniversario del crimen de Aguas Blancas, la represión se recrudeció, por lo que muchos de sus miembros fueron detenidos y otros tuvieron que huir de Guerrero.
“Aquí estamos, firmes, en pie de lucha, a pesar de que el entonces gobernador priísta Rubén Figueroa Alcocer (1993-1996) quiso desaparecer esta organización. Fue una persecución feroz.
“Nuestra lucha por la justicia y la libertad ha sido permanente. La libertad de Gerónimo Hernández y Gilberto Aguirre representa para la OCSS un acto de justicia, la cual se nos ha negado, pues todos los asesinatos extrajudiciales siguen en la impunidad. Hemos vivido la represión en carne propia”, afirmó la dirigente.