“Están pasando cosas que hace 100 años no pasaban”. Eso dijo Xi Jinping a Vladimir Putin al despedirse después de ese histórico encuentro de dos grandes potencias euroasiáticas con gran proyección mundial el pasado 21 de marzo. Esto es trascendental en momentos en que el hegemón estadunidense acentúa su crisis hegemónica, que se materializa en un perceptible debilitamiento de uno de sus fundamentos: el dólar, parte vital de su diplomacia de fuerza centrada en el unilateralismo agresivo. Como muestra, la abusiva racha de sanciones que ya traspasó la tolerancia y afecta a una treintena de regiones y naciones con impacto socioeconómico devastador. La forma en que Estados Unidos abusa de su preponderancia monetaria, como ya advertí, es parte de una riesgosa diplomacia de fuerza.
“La gran historia nos dice que el declive de la hegemonía a menudo comienza con su moneda”, dice el Global Times en “La desdolarización es inevitable”, citado por Prensa Alternativa.com, pero no es el único medio que alerta sobre lo conflictivo y poco estable del dólar como moneda mundial.
Y es que se deterioran dos ejes de la hegemonía de Estados Unidos. Uno, la ausencia del monopolio sobre el armamento nuclear, y el segundo, la caída acelerada en la posición del dólar como moneda de curso. Con respecto a la dimensión geopolítica, la coalición euroasiática Putin-Jinping implica una transformación sin precedentes de la dinámica geopolítica y geoeconómica del mundo.
Para Ben Norton (geopoliticaleconomy.com) es claro que Rusia se está alejando de Europa e integrando con Asia, y como le recuerda un lector, ya el estratega Zbigniew Brzezinski advirtió que “el más peligroso escenario (para el estatus de Estados Unidos como poder global) sería una gran coalición de China, Rusia y quizás Irán (…) una coalición antihegemónica”. Esto existe hoy, a lo que añado que es también enfática la advertencia de Kissinger.
Más aún, según Thierry Meyssan (redvoltaire.net, 14/3/23), la reconciliación entre Arabia Saudita e Irán gracias a los oficios de Rusia y China “abre por fin la puerta a una era de paz en el Medio Oriente, cerrando 11 años de guerras y de constante influencia occidental en la región”.
La dimensión monetaria también está en la base de esta transformación. Putin fue claro: “Es importante que nuestras monedas nacionales se utilicen cada vez más en el comercio bilateral (…) Apoyamos el uso del yuan chino en las transacciones entre la Federación Rusa y sus socios en Asia, África y América Latina”, afirmó. (Ben Norton, geopoliticaleconomy.com, 3/4/23).
El conflicto entre Washington y Pekín, nos informa también el importante medio peruano Prensa Alternativa.com, impulsa la lucha entre el dólar y el yuan por la supremacía como divisa de cambio mundial. Según Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Mayor de San Marcos de Perú, el yuan viene ganando terreno a gran velocidad en América Latina; su presencia representa un gran desafío para la hegemonía del dólar en la región.
Recordó que “hace 10 años, 80 por ciento del comercio entre China y Rusia se realizaba en dólares, y hoy 90 por ciento es en yuanes, y esto puede suceder con Latinoamérica y el Caribe, mientras avanza el proyecto más ambicioso de China, la Nueva Ruta de la Seda, que ya ha incorporado a 20 naciones de la región, llegando a tener un peso económico similar al de todo el continente africano”.
La importante Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), en su más reciente reunión, contempló el abandono del dólar y otras poderosas monedas para controlar su destino. El grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) está avanzando hacia la creación de una nueva moneda que pueda sustituir al dólar estadunidense, empezando por el uso de sus monedas locales, mientras José Vizner (Negocios.tv, 30/3/23) señala cómo China y Brasil trasladan el comercio mutuo al yuan y dejan el dólar, y anuncian que van a ampliar la oferta de alimentos, minerales y bienes de alto valor agregado. “Vamos a ver el impacto de depreciación que puede tener el dólar como moneda hegemónica”, lo que es significativo en términos de la economía global, porque el año pasado, el comercio entre China y Brasil alcanzó el récord de 150 mil millones de dólares que dejan de comercializarse en dólares, pasando a la moneda china.
Una reflexión final: “Dolor a corto plazo para ganancia a largo plazo”, define “la peligrosa intensificación bélica de Estados Unidos y sus aliados occidentales contra Rusia y China. Lo que llama la atención de la posición de Estados Unidos es que trata de impedir un proceso histórico que parece inevitable, que es el proceso de la integración de Eurasia… (que) amenaza la primacía de Estados Unidos y de las élites atlánticas”. (Introducción. Vijay Prashad en Bellamy Foster et. al. Estados Unidos esta librando una nueva guerra fría: Una perspectiva socialista, Tricontinental, MRPress, NoColdWar, Estudios sobre Dilemas Contemporáneos, septiembre de 2022.)