Para Jonás Cuarón, uno de los diálogos más importantes de su nuevo largometraje, Chupa, se da entre el protagonista, Álex, y su madre. “Cuentas con tu familia, y tu familia te apoya”, le recuerdan al adolescente de 13 años. “Esto representa el núcleo de la película. Quería retratar la importancia de la familia, en especial en un personaje que está buscando sus raíces”, señaló el cineasta.
Chupa, producida por el estadunidense Christopher Colombus, narra la historia de un muchacho de ascendencia mexicana que visita por primera vez a su familia en México. En la casa de su abuelo, Élex (Evan Whitten) encuentra un cachorro de chupacabras que, a diferencia de la leyenda que conocía sobre la criatura, se trata de un ser amigable.
“El mito del chupacabras empezó en los años 90 en Puerto Rico, luego de que un par de cabras fueron encontradas muertas con heridas en el estómago. Rápido se esparció por toda Latinoamérica y partes del sur de Estados Unidos e incluso llegó a otros continentes. Había avistamientos por todas partes. Debí haber tenido 10 u 11 años cuando oí por primera vez sobre esto. Estaba en las noticias y hasta hubo encuentros donde yo crecí. Estaba emocionado en secreto por encontrarme con uno de ellos”, explicó Cuarón.
La película, como el mito, está ambientada en una década por la que Jonás se sentía interesado personalmente. “Decidí ambientar la historia en el México de mediados de los 90 porque fue cuando el mito empezó. Quería basar la historia en ese periodo porque una de las cosas que hace que sea una leyenda más interesante que las demás, como el monstruo del Lago Ness o Pie Grande, es que es relativamente nuevo. Nadie había oído de él hasta antes de los 90. Para mí, personalmente, hizo del proceso de hacer la película algo muy divertido porque yo tenía más o menos la edad de Álex en esa época. Así que fui capaz de tomar todas las decisiones basado en mi propia memoria y nostalgia”.
Otros aspectos que motivaron a Cuarón a trabajar en Chupa, fueron las películas de Chris Colombus que conoció de niño, a través de cintas como Mi pobre angelito o Papá por siempre. Esta conexión lo entusiasmó, así como el hecho de tratarse de un tema cercano. “La cultura también juega un papel muy importante en el arco del personaje de Álex. Cuando lo conocemos lo molestan por ser mexicano, y eso lo lleva a resentir su herencia. A lo largo de su viaje, logra conocer lo que ésta realmente significa y la abraza; se siente orgulloso”, detalló.
A la historia de Chupa se suma el obstinado y peligroso científico Richard Quinn, interpretado por Christian Slater, quien está a la caza de la criatura con la intención de aprovecharse de ella. Para proteger a su nuevo amigo, Álex emprende una odisea con ayuda de su recién descubierta familia, cuyos integrantes son su abuelo y ex campeón de lucha libre Chava (Demián Bichir), su primo y aficionado a las luchas Memo (Nickolas Verdugo) y la intrépida y moderna prima Luna (Ashley Ciarra).
“La calidad de una historia viene determinada por los actores que le insuflan vida. Demián es un actor de renombre y, después de una búsqueda exhaustiva, estamos encantados con el talento desbordante que hemos descubierto. Tenemos muchas ganas de que los espectadores de todo el mundo los conozcan y vean cómo consiguen hacer de esta una película tan especial”, contó Colombus.
Chupa se estrena mañana en la plataforma Netflix.