Ciudad de México. Por razones humanitarias, el devastador efecto que tiene en los jóvenes y la alta letalidad del fentanilo, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió en una carta a su homólogo de China, Xi Jinping, que colabore con información sobre envíos de esta droga desde Asia a México, Estados Unidos y Canadá.
El mayor intercambio sobre los cargamentos permitiría a México reforzar acciones para evitar el tráfico ilegal de esa droga, señaló el mandatario en su conferencia de ayer.
“Sería un apoyo inestimable contar con información sobre quiénes importan esta sustancia, en qué cantidad, en qué embarcaciones, cuándo sale China a qué puertos mexicanos llega, y el tipo específico de sustancia”, señala López Obrador en la misiva.
“Con ello, nosotros tendríamos mayor control sobre el ingreso de esta droga, que en México sólo está autorizada para fines médicos y cuyas importaciones legales son muy pocas”.
En la conferencia, el Ejecutivo dio a conocer el documento, cuyo origen fue el encuentro que sostuvo con congresistas estadunidenses, quienes le solicitaron su apoyo para combatir el tráfico de fentanilo.
Envíos directos
En la carta, López Obrador explica también las presiones que ha resentido México por parte de sectores políticos que quieren responsabilizar al país de ser el principal introductor de la droga a Estados Unidos. Repite que México no fabrica esa sustancia y estima que sólo 30 por ciento del total que consumen los estadunidenses cruza por territorio mexicano, porque el resto llega vía directa o por Canadá.
Sin embargo, señala, “últimamente, de manera falaz e irresponsable, algunos legisladores de Estados Unidos han culpado a México de la desgracia que padecen en su país a causa del consumo de fentanilo”.
López Obrador relata a Xi Jinping las opiniones surgidas en la nación vecina del norte sobre la eventualidad de impulsar una intervención de las fuerzas armadas de ese país si México no frena a las bandas de narcotráfico.
“Acudimos a usted, presidente Xi Jinping, no para pedirle apoyo ante estos groseros amagos, sino para solicitarle que por razones humanitarias nos ayude a controlar los envíos de fentanilo que puedan remitirse de China a nuestro país”.
Desmentido a Graham
López Obrador dedicó gran parte de la conferencia a desmentir al senador republicano Lindsey Graham sobre sus amagos de intervención y acusaciones de que México es el principal origen del fentanilo que llega a Estados Unidos.
El canciller Marcelo Ebrard expuso que México es el que más acciones ejecuta para enfrentar el tráfico de esa sustancia y acusó a Graham de mentir y manipular con sus imputaciones.
Sostuvo que México no es el problema en esta crisis que enfrenta Estados Unidos, con 107 mil fallecimientos por sobredosis en 2021, sino parte de la solución.
Imputarle la responsabilidad al país es “injusto y falso”. Entre el 27 de enero y el 6 de marzo hubo 22 laboratorios o cocinas desmantelados y 7mil 820 kilogramos de metanfetaminas y 45 mil 200 litros de precursores químicos incautados, subrayó el canciller.
Destacó que 86 por ciento de los presos por traficar en el país del norte son estadunidenses, según las cifras oficiales, en tanto que en México han fallecido mil 791 personas asociadas al trasiego de enervantes.
Asociado a esto, acusó a Graham de mentir sobre que se requiere una licencia especial para comprar armas en Estados Unidos. En realidad, se puede adquirir un fusil Barret en cualquier parte, dijo Ebrard.
López Obrador criticó la manipulación del senador republicano para justificar su iniciativa de intervención militar y rechazó que en México el crimen organizado tenga control de territorios en Sinaloa y Tamaulipas.
Añadió que su gobierno mantiene la colaboración con Estados Unidos en este ámbito, pero sobre la base de información clara de la realidad. Esto pasa por no imputar todo el tráfico a nuestro país, “no se puede transformar una realidad que no se conoce”.
Consideró también que en la nación del norte hay una doble moral: por un lado se autorizó el consumo de mariguana en la liga de basquetbol y por otro quieren ver “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” en cuanto al tráfico de fentanilo.