Hoy arranca la campaña para la gubernatura en el estado de México, un proceso electoral que por su impacto político, las dimensiones de su electorado y la confrontación únicamente entre los dos grandes bloques políticos es considerado estratégico de cara a la carrera presidencial en 2024. En el mapa político nacional, junto con Coahuila, el estado de México es el último resabio del régimen de partido único; son las únicas entidades que hasta ahora siempre ha gobernado el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La disputa entre la candidata de Juntos Hacemos Historia (Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México), Delfina Gómez, y la aspirante de Va por el estado de México (PRI, Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Nueva Alianza) Alejandra del Moral, arranca con proyecciones que otorgan una ventaja importante a Gómez. Aunque serán comicios en que ambas coaliciones mantienen estructuras partidistas sólidas que se pondrán a prueba, un ensayo rumbo a 2024.
Con 12 millones 696 mil electores, el estado de México tiene la lista nominal más grande del país. Por sí solo, el electorado mexiquense concentra el equivalente a 11 entidades: Baja California Sur, Campeche, Colima, Durango, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
Sólo Ecatepec, con una lista de un millón 276 mil 450 electores (la segunda demarcación con más electores en el país, sólo detrás de Iztapalapa, con un millón 475 mil 734), tiene una nómina superior a las de seis entidades del país: Baja California Sur, Campeche, Colima, Nayarit, Tlaxcala y Zacatecas.
Con estas cifras, se renovará la gubernatura del estado de México, con la cual se cerrará el ciclo (junto con la de Coahuila) la renovación de ejecutivos estatales bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La balanza comenzó a inclinarse en 2011
La historia electoral reciente de la entidad ha dado un vuelco en una década: en 2011, con Peña Nieto respaldado por las televisoras y el sector empresarial, encabezaba el retorno del PRI al poder federal. Fue el contexto en que se registró la renovación de la gubernatura. Eruviel Ávila arrolló con 60 por ciento de los votos. Sería la última vez que el PRI desplegaría todo el potencial que lo ha llevado a mantener el poder mexiquense más de 80 años.
Hace seis años la elección fue muy diferente: Ayotzinapa y la casa blanca impactaron en el gobierno de Peña Nieto, a pesar de lo cual los comicios mexiquenses fueron los últimos donde el PRI resistió a la vieja usanza, atrincherado en la compra de voto, y Morena enfrentó una elección con toda la carga del gobierno federal en su contra.
El origen mexiquense de Enrique Peña Nieto y el carácter emblemático de su estado –asociado al grupo Atlacomulco–, motivó que se le involucrara abiertamente en la contienda: con 33 por ciento de los votos (un desplome de casi la mitad respecto de Ávila), el PRI y Alfredo del Mazo ganaron una muy cuestionada elección.
Este año, el escenario apunta a ser diferente. Aun con la alianza amplia con PAN y PRD, el PRI enfrenta a una coalición que ya le arrancó el control del Congreso y gran parte de los municipios, recomponiendo el mapa electoral.
Demografía, pobreza e inseguridad
Con casi 17 millones de habitantes, diversos indicadores colocan al estado de México entre los primeros sitios. En términos económicos, las cifras que registra son contrastantes: en el más reciente reporte desagregado nacional del producto interno bruto por entidad, ocupa el segundo lugar, pues aporta 9.1 por ciento del total del país, sólo por detrás de la Ciudad de México, según el Instituto nacional de Estadística y Geografía.
Aun cuando es uno de los estados con mayor nivel de industrialización y desarrollo económico, concentra altos niveles de pobreza, según cifras oficiales. El último reporte de pobreza arroja que 42.7 por ciento de los habitantes vive en esta condición, esto es, 7 millones 546 mil 500 personas, de las cuales 37.8 por ciento, 6 millones 680 mil 800, están en pobreza moderada y 4.9 por ciento, 865 mil, en pobreza extrema.
En términos netos, la zona conurbada concentra la mayor densidad de personas en pobreza: Ecatepec, 630 mil (37.6 por ciento de su población); Nezahualcóyotl, 425 mil 953 (37.4 por ciento); Chimalhuacán, 394 mil (61 por ciento) y Naucalpan, 271 mil (32.9 por ciento).
El estado de México también se caracteriza por ser uno de los tres más violentos. De los 30 mil 968 asesinatos cometidos en el país durante 2022, en la entidad se perpetraron 2 mil 604, con lo que ocupó el tercer lugar, sólo detrás de Guanajuato (3 mil 260) y Baja California (2 mil 728). Más aún, seis municipios mexiquenses se encuentran entre los más violentos a escala nacional: Ecatepec, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Tultitlán y Chimalhuacán.