Alrededor de 150 productores de San Andrés Mixquic, en Tláhuac, aún siembran romeritos sobre las chinampas, parte del sistema agrícola inventado por los aztecas y reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en su área de sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial.
De acuerdo con la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, el año pasado de 169 productores de la hierba para la temporada de invierno, 151 cosecharon 226.62 toneladas. “Este quelite es uno de los más ricos y nutritivos de la zona y los productores locales son los reyes”, aunque también se cultiva en mínimas cantidades en San Nicolás Tetelco y San Juan Ixtayopan –también en Tláhuac–, además de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco.
Para la actual temporada de Cuaresma, los campesinos de San Andrés Mixquic están listos para cosechar unas 3 mil toneladas de romeritos.
Mancha urbana, la invasora
Hace 15 años la producción más fuerte se recogía de la zona chinampera, “pero la mancha urbana se ha ido extendiendo y actualmente de la totalidad sólo 15 por ciento se cosecha en este sistema de cultivo”, explicó el productor Silverio Jurado.
La urbanización y la pequeña extensión de las chinampas son algunas razones por las que quienes se dedican a esta actividad buscan opciones en diferentes suelos para continuar con la siembra de los romeros, que de manera ancestral se hace en San Andrés Mixquic.
En Semana Santa y la temporada navideña, el pueblo se dedica a la siembra de romeros, “todos ayudan al cultivo: mujeres, profesionistas, todos los que conservamos nuestras tierras; tenemos un padrón de 800 productores. Tratamos de hacer lo mejor posible para que ustedes como consumidores tengan calidad en lo que están comprando”, mencionó Miriam Pineda Núñez, agricultora de la comunidad.
Consumir productos del campo local tiene múltiples beneficios, tanto para la economía como al medio ambiente.