Kiev. Rusia asumió ayer la presidencia del mes de abril del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), pese a las críticas de Ucrania, que calificó el turno como “una bofetada en el rostro de la comunidad internacional”.
Cada uno de los 15 miembros que integran el consejo, de los cuales Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia son permanentes y tienen derecho de veto, asumen la presidencia durante un mes. La vez anterior que la representación rusa presidió el máximo órgano decisorio de la ONU fue en febrero de 2022, cuando lanzó su invasión sobre Ucrania.
Además, es la primera vez que el gobernante de un país que preside el consejo tiene una orden de detención internacional por crímenes de guerra, dado a que la Corte Penal Internacional emitió en marzo una en contra del mandatario Vladimir Putin por la deportación forzosa de menores ucranios a orfanatos rusos.
El puesto en cuestión no otorga especiales prerrogativas, aunque el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, destacó en declaraciones a la agencia de noticias rusa TASS que les permitirá “supervisar” determinados debates, incluido el relativo al control de armas. Así, plantearán la necesidad de “un nuevo orden mundial” que “sustituya al unipolar”.
Ucrania protestó de forma insistente por la designación, pero Estados Unidos respondió que no puede impedir que, como miembro permanente y con derecho de veto, pueda asumir el puesto en la ONU.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, respondió: “desgraciadamente, Rusia es miembro permanente, por lo que no existe ninguna vía práctica legal para evitar esa realidad”. Sin embargo, advirtió que Moscú va a “seguir utilizando su asiento para difundir desinformación” y justificar su invasión de Ucrania.
En febrero de 2022, Rusia vetó una resolución que condena su denominada “operación militar especial”, en una votación que China, India y Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron. En septiembre pasado, también impidió una resolución para que diera marcha atrás a la anexión de cuatro regiones ucranias, en la que Brasil, China, Gabón e India se abstuvieron.
El ministro ucranio de Asuntos Exteriores, Dimitro Kuleba, describió el hecho como “un mal chiste” que vinculó al Día de los Inocentes de la tradición anglosajona, el April's Fool Day, que se celebra cada 1° de abril, así como una “bofetada” para la comunidad internacional.
“Rusia ha usurpado su sitio”, aseguró Kuleba, cuyo gobierno lleva un año pidiendo una mayor contundencia contra Moscú en el seno de la ONU. “El mundo no puede ser un lugar seguro con Rusia en el Consejo de Seguridad”, añadió el ministro, al utilizar en su mensaje la etiqueta “Consejo de Inseguridad”.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, pidió el año pasado una reforma o la “disolución” del Consejo de Seguridad ante su incapacidad de operar con la negación rusa a retirar la invasión militar. Calificó de absurdo que Moscú haya asumido la presidencia rotatoria al asegurar que esto demuestra la “ruina total” de la institución.
En tanto, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, prometió a sus tropas que combaten en Ucrania la pronta llegada de nuevas remesas de munición para proseguir la ofensiva invernal en el este del país.
“Acabamos de determinar el volumen necesario de suministros de la munición más demandada y estamos tomando las medidas necesarias para aumentar el ritmo de producción”, apuntó Shoigu, durante una visita al centro de mando y de coordinación de la invasión en Moscú. Bajo este contexto, el tribunal del distrito de Shevchenkivskii de Kiev ordenó el arresto domiciliario del metropolita Pavlo, abad del monasterio del sitio ortodoxo más venerado de Ucrania, por un periodo de dos meses por justificar la invasión rusa. Se le colocó una tobillera electrónica de localización, y se le prohibió dirigirse a sus fieles en redes sociales, informó el portal ucranio Mind.
Horas antes, decenas de fieles se reunieron frente al célebre Monasterio de la Cuevas, de Kiev.