En un sprint desquiciado los pilotos se jugaron la suerte en las dos últimas vueltas y dieron el último giro con numerosas bajas en el circuito de Albert Park. Dos banderas rojas y un caos fue el final confuso del Gran Premio de Australia. Pero además de fortuna, la pericia y el genio dominaron para darle al holandés Max Verstappen la victoria a bordo de su Red Bull, seguido de Lewis Hamilton en su Mercedes y el español Fernando Alonso en el Aston Martin completó el podio.
El mexicano Sergio Checo Pérez, quien daba una gran carrera y pese a salir de la última posición por un incidente en la calificación, logró meterse al quinto puesto con su monoplaza de la escudería Red Bull. Sin embargo, en el cierre de la carrera a dos vueltas del final, el desorden del reinicio terminó en un impacto que lo mandó hasta el décimo y de ahí recuperó en la confusión para cerrar en lugar cinco.
Por su parte, Verstappen demostró que es un verdadero galimatías, un brujo difícil de conjurar por su agresividad y pericia al volante. De inmediato impuso las reglas sobre su viejo rival Lewis Hamilton, que lo perseguía con insistencia pero no lograba acortar los segundos valiosos que le asestó el holandés.
Una pista caliente, en verdad a una temperatura que permitió a los bólidos convertir el Albert Park en un trazado vertiginoso y peliagudo.
El mexicano Sergio Pérez estuvo condenado al fondo de la parrilla por problemas técnicos con los frenos de su Red Bull que lo dejaron muy mal en la clasificación, lo suficiente para que su compañero de equipo, Verstappen, considerara que tenía pocas oportunidades de sacar un buen resultado en Australia.
Dos banderas rojas al final
Qué accidentado inicio y final del Gran Premio de Australia. Ni 10 vueltas y ya había dos safeties y una bandera roja que dejó fuera a Alexander Albon (Williams-Mercedes) por un impacto fuerte en un muro. Y dos banderas rojas en las últimas vueltas.
Max Verstappen pisó a fondo el acelerador de su Red Bull para ponerse rápido a la cabeza y empezar un duelo contra Hamilton como en los viejos tiempos. La tercera carrera del serial fue una locura y un ramillete de momentos emotivos inolvidables.