El consulado general de México en Nueva York dio a conocer que la Unidad de Tráfico de Antigüedades de Manhattan les notificó “de la recuperación del histórico Monumento 9 de Chalcatzingo, Morelos, y de su inminente restitución al patrimonio nacional en próximas fechas”.
La noticia, dada a conocer la tarde del jueves por esa representación diplomática por medio de sus redes sociales, fue celebrada este viernes por el canciller Marcelo Ebrard en su cuenta oficial de Twitter: “Me confirma nuestro cónsul Jorge Islas desde Nueva York que la pieza olmeca más buscada por México ha sido recuperada y está a punto de retornar a su casa, de donde nunca debió ser sustraída”.
El consulado mexicano agregó que Islas firmó el mismo jueves una carta de intención con el rector de la Universidad Colgate, Brian W. Casey, “para llevar a cabo la repatriación de más de 2 mil bienes arqueológicos, patrimonio de la nación, que serán restituidos voluntariamente en próximas fechas”.
La pieza recuperada por las autoridades estadunidenses es una escultura en piedra de origen olmeca, con unos 2 mil 500 años de antigüedad, que fue extraída ilegalmente en los años 60 del siglo pasado de la zona arqueológica de Chalcatzingo, Morelos, y, hasta donde se sabe, se encontraba en manos de la familia de un coleccionista estadunidense fallecido en 2017.
Incluso, fue exhibida varios años en el Munson Williams Proctor, un museo de arte de la ciudad neoyorquina de Utica, de donde fue reclamada por los hijos de ese coleccionista tras el fallecimiento de éste. Se cree que en 1990 ese instituto entregó la pieza a un comerciante de arte de Nueva York, quien la habría vendido a coleccionistas privados a finales de esa década.
Una réplica de la pieza está en el Museo Nacional de Antropología (MNA), en la Ciudad de México.
El arqueólogo Mario Córdova Tello, quien trabaja desde hace más de dos décadas en ese sitio prehispánico, habló con La Jornada de la importancia de esa escultura, una de las 45 que se han descubierto a la fecha en ese lugar, ubicado en el oriente de Morelos, en el valle del río Amatzinac, entre los cerros Ancho y Delgado.
Explicó que los monumentos de Chalcatzingo datan del Preclásico Medio, sobre todo de alrededor de los años 700 a 500 aC, lo cual los convierte en las esculturas de piedra más antigua hasta ahora en el Altiplano Central de México, anteriores a Teotihuacan.
“La iconografía nos permite afirmar que sí son olmecas, por el estilo y lo que representan. Están los mismos elementos de la religión, el estatus y el simbolismo que en la Costa del Golfo de México. Siempre ha sido un problema considerar que sólo lo de Tabasco y Veracruz es olmeca. Pero en los pueblos de esta zona están la misma religión y organización social”, indicó el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Es algo que se da por conquista, por comercio u otras cosas, pero sí se copian los atributos, los dioses, la cuestión social, la arquitectura y las formas de hacer las cosas. Es lo mismo, pues, sólo que en cada región le van poniendo elementos particulares.”
De la escultura recuperada, denominada Monumento 9, detalló que se trata de una figura escultórica en relieve de gran formato, de 1.8 metros de altura por 1.5 metros de ancho y unos 900 kilogramos, que representa a una criatura con las fauces abiertas en forma de Cruz de San Andrés, lo cual es un elemento de origen olmeca, además de poseer ojos de jaguar o víbora.
Esa oquedad formada por el hocico abierto es, a su vez, la representación de una cueva o de la entrada al inframundo, sostuvo el especialista, quien agregó que en los cuatro puntos de la boca se observan bromelias, plantas parecidas a magueyes pequeños originarias de esa zona de Morelos.
Según Patricia Ochoa Castillo, curadora del MNA, dicho bajorrelieve fue localizado sobre una estructura en la plaza central de Chalcatzingo y muestra la vista frontal del “monstruo de la tierra”.
Pasadizo a lo sagrado
En la cédula de la reproducción exhibida en ese recinto se explica: “La boca hueca, abierta y cruciforme se asocia a cuevas, y de sus cuatro esquinas emanan elementos vegetales. Los ojos son de forma ovoide y están enmarcados por cejas flamígeras. Sobre la nariz hay un cartucho en forma oval enmarcando un motivo con ovales incisos. Es posible que se haya usado en actos rituales, como un pasadizo al área sagrada”.
Patricia Ochoa refiere, asimismo, que Chalcatzingo fue uno de los sitios más importantes del Preclásico debido a su ubicación estratégica en las rutas de intercambio. “Por esta razón pudo haber sido un punto de contacto comercial entre el noreste de Guerrero, cuenca de México, el valle de Oaxaca y la costa del Golfo.
“Posiblemente, este lugar fue un enclave étnico de gente olmeca ubicado fuera de su núcleo central en la Costa del Golfo, lo que se puede apreciar en su estilo escultórico; en él destacan los relieves con temas mítico-religiosos esculpidos en sus cerros, fechados aproximadamente en 700 aC, aunque el sitio presenta una larga secuencia que se inicia hacia 1500 aC.”
Córdova considera que, una vez repatriado, el Monumento 9 debe regresar a su lugar de origen, para ser exhibido en el museo de sitio de la zona arqueológica y continuar con el estudio de su iconografía.
Esta pieza se presentó por primera vez como parte de la exposición Before Cortes: Sculpture of Middle America, del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, y continuó siendo exhibida en otros recintos de Estados Unidos.