Ciudad Juárez, Chih., Un grupo de 200 migrantes cruzó ayer el río Bravo para entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza del sector El Paso, Texas, después de que entre la tarde y noche del miércoles unos mil indocumentados, en su mayoría de Venezuela, hicieron lo mismo ante versiones de que se les permitiría pedir asilo y sería aceptada su solicitud.
Sin embargo, el jefe de la Patrulla Fronteriza en El Paso, Anthony Scott Good, advirtió que la corporación sigue deportando a los extranjeros bajo la autoridad del Título 42 del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.
Las nacionalidades susceptibles a esta norma sanitaria son las de México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití.
Antonhy Scott añadió que “aquellos inmigrantes que no puedan ser expulsados bajo el Título 42 y que no tengan una base legal para permanecer en Estados Unidos serán colocados en procedimientos de deportación bajo el Título 8”.
Explicó que cientos de personas cruzaron el río debido a un rumor sobre que el gobierno de Joe Biden les abriría la frontera y que se había declarado un periodo de gracia a consecuencia del incendio ocurrido la noche del pasado lunes en la estancia migratoria provisional de Ciudad Juárez.
En esta última localidad, también este jueves, policías municipales resguardaron a alrededor de 100 guatemaltecos, salvadoreños y hondureños, quienes llegaron caminando la madrugada del jueves desde Samalayuca, poblado donde bajaron del tren en el que se trasladaban debido a que hay un retén militar.
Explicaron que el operativo es para recibir a los indocumentados e invitarlos a acudir al albergue Kiki Romero o alguno de los 40 refugios de la ciudad.
Sin embargo, dijeron, la mayoría no acepta la ayuda; optan por caminar hasta las inmediaciones del puente internacional Paso del Norte.