Ciudad Juárez, Chih., La estancia migratoria provisional de Juárez “es como una cárcel, con rejas, candado, pequeños baños y colchonetas en el piso”, narró Dora Rangel, de 35 años, una de las extranjeras que estaban en el lugar cuando comenzó el incendio y quien, junto con otras mujeres, fue desalojada inmediatamente.
La venezolana, quien viaja con dos hijos, explicó que observó con angustia cómo se inició el fuego el lunes por la noche “y los guardias al ver eso nos sacaron a las mujeres y niños que estábamos frente a los calabozos de los hombres”.
Narró que escuchó que alguien preguntaba dónde estaban las llaves y que otra persona contestó que no localizaban a quien las tenía. Se empezaron a oír los “gritos desesperados” de los migrantes que estaban encerrados; “cuando salí vi en la celda del rincón como caía desmayado uno de ellos, por el humo”.
Soy de Venezuela, indicó, “pero llevaba varios años, como muchos de nosotros viviendo en Colombia, Perú, Nicaragua, Honduras, así como en otros países y decidimos en grupo viajar a México y llegar a la frontera norte, todo para encontrar la muerte”, relata con llanto, porque uno de los indocumentados que perdió la vida era su pareja.
“A nosotros nos detuvieron con los guatemaltecos, cuando llegamos a Juárez, todavía no teníamos albergue, casa, calle o un lugar donde vivir, sólo la esperanza de trabajar, porque nos contaban que en esta ciudad sí contratan de manera legal, pero se acabó el sueño”, lamentó.
¿Por que tanta maldad?, cuestionó la mujer, “por qué no los sacaron, los dejaron morir; si abrían las rejas la mayoría podría salvarse; no entendemos ese odio, incluso en las calles algunas personas a las que les pedimos apoyo en estos momentos, nos ayudan, pero otros no y se enojan”.
Dora expuso que la mayoría de los venezolanos que están en Juárez esperan cruzar, con documentos o sin ellos, a Estados Unidos, donde quieren obtener trabajo, pues desde hace años no pueden volver a su país. “No sabemos qué va a pasar con nosotras, nos dicen que van a volver a detenernos para trasladarnos a la estación migratoria de Janos, donde sí tienen instalaciones para atender adecuadamente a migrantes, no sabemos si es cierto o nos quieren engañar”, señaló.
En tanto, ciudadanos, activistas y familiares de los migrantes fallecidos en la estancia migratoria provisional ubicada en el puente internacional Lerdo-Stanton se plantaron ayer en el lugar, donde colocaron coronas fúnebres, veladoras y cartulinas con mensajes en los que exigieron justicia por la tragedia.