El rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Antonio de los Reyes Heredia, y los directores de las cinco unidades de la institución educativa, acudieron ayer al campus Lerma para recibir la contestación de las estudiantes que mantienen tomadas las instalaciones, a las propuestas de solución que les hicieron llegar las autoridades.

A las 14 horas, los funcionarios arribaron al plantel, en donde las alumnas los recibieron con las puertas cerradas, para después enumerar las impresiones que tenían a propósito de las iniciativas oficiales para destrabar el conflicto.

Aunque algunas de las propuestas de los directivos fueron aceptadas por las asambleas estudiantiles, muchas otras fueron consideradas como “insuficientes” e incluso como “simulaciones”, al no resolver de fondo la violencia de género en la UAM.

Con el rostro cubierto –por el “ambiente de criminalización” que perciben en su contra–, las jóvenes enfatizaron que algunas de sus principales demandas son la firma de un compromiso de no represalias en contra de quienes participan en el movimiento estudiantil, así como una reformulación de las unidades de género de toda la Universidad, para que cumplan efectivamente su labor de defensa de las víctimas.

De igual modo, subrayaron que exigen el despido o expulsión de profesores y alumnos acusados de ejercer algún tipo de violencia, y la concesión de mayores derechos para las víctimas que estén dispuestas a denunciar las agresiones en su contra.

Asimismo, las activistas solicitaron que a los diálogos no acudan funcionarios que han sido acusados de hostigamiento o hayan tenido actitudes de “revictimización” o “insensibilidad” hacia las demandas de los alumnos.

Al término de la lectura de las respuestas de las estudiantes, los directivos firmaron de recibido los documentos que les fueron entregados y De los Reyes se comprometió a que desde anoche se empezarían a contestar las observaciones del alumnado en paro.

Antes de concluir el acto, un grupo de jóvenes tomó la palabra para reprocharle a los rectores que habían mostrado una actitud de “indiferencia” al escuchar sus contrapropuestas, y les reclamaron que se habían hecho acompañar por personal de seguridad que le tomó fotos a las ocupantes del plantel y mantuvo una supuesta actitud de burla hacia ellas.