Ciudad Juárez, Chih., “Los dejaron morir”, reclamaron familiares de los migrantes que fallecieron en el incendio ocurrido la noche del lunes en la estancia provisional del Instituto Nacional de Migración (INM) de esta ciudad.
Se plantaron ayer afuera del lugar para exigir justicia, información sobre sus seres queridos y que se detecte al portador de las llaves del área donde se encontraban “encerrados” los extranjeros. Al cierre de esta edición ninguna autoridad informó quién era el responsable de la seguridad del lugar.
“Ahí adentro no había ningún extintor para apagar el fuego y la persona que tenía las llaves cuando vio las llamas se fue huyendo; los dejaron morir quemados o intoxicados”, aseguró un haitiano, quien presuntamente fue detenido en la redada que se hizo para retirarlos de cruceros viales; agregó que lo dejaron libre y estaba afuera de la estación migratoria al momento del incendio.
“Los encerraron en una celda con candado y no pudieron escapar”, acusaron los manifestantes. Mientras, bomberos y rescatistas municipales que acudieron al lugar afirmaron que algunos cuerpos fueron encontrados “amontonados” en el baño del área de alojamiento de hombres, donde habrían buscado sobrevivir al humo y al fuego.
“Les quitaron todas las cosas y los trataron como unos presos”, acusó una mujer de Venezuela, quien llegó al sitio para pedir información sobre un hermano que fue detenido en la redada que se efectuó el lunes.
“Si pedimos (dinero) en los semáforos nos ganamos humillación y maltrato; pero eso no es un delito, somos seres humanos y nos tratan como unos perros porque pedimos ayuda. Sabemos que no estamos legales en este país; sin embargo, la idea es que nos ayuden, emigramos de nuestro país porque estábamos pasando hambre”, reprochó.
Otra mujer venezolana, que se identificó como Sofía, reclamó: “Nosotras salimos a la calle a pedir dinero por necesidad, para dar de comer a nuestros hijos, y si nos ven guapas se da el acoso sexual, por parte de policías de los tres niveles; además, a nuestros hombres los hostigan y bolsean para quitarles lo que traigan”.
Otra de las inconformes, quien prefirió no dar su nombre e iba acompañada de dos hijos, acusó que la gente les dice en la vía pública “muertos de hambre”, y las autoridades “nos meten presos, nos quitan todo”.
Abel Ortega, también de Venezuela, rogaba a las puertas de las instalaciones migratorias que le dieran referencias sobre su hermano, uno de los indocumentados que estaban en el lugar cuando ocurrió el incendio. “No me dan razón, no me quieren decir si está vivo o muerto para avisar a mi familia”.
El lunes por la tarde, agentes migratorios, personal del Desarrollo Integral de la Familia estatal y municipal, así como de la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas, Niños y Adolescentes Distrito Bravos, retiraron de las vialidades a unos 300 migrantes que pedían dinero o limpiaban vidrios en los semáforos.
Los indocumentados fueron concentrados en la estancia provisional del puente Lerdo-Stanton; no obstante, la mayoría, incluidos menores de edad y familias completas fueron liberados entre las 6 de la tarde y 9 de la noche, pero quedaron en detención 83 extranjeros adultos: 68 hombres y 15 mujeres.
Alrededor de las 22 horas comenzó el incendio, ellas fueron llevadas de inmediato a las instalaciones migratorias de Janos; por lo que quedaron en el lugar sólo 68 migrantes, de los cuales 38 murieron.