Una pena de entre tres y siete años de prisión y multas de hasta 103 mil 740 pesos se impondrán a quien robe el equipamiento urbano de la ciudad, desde coladeras hasta cableado del Metro, así lo aprobó el pleno del Congreso de la Ciudad de México.
Ayer fue reformado el Código Penal local para endurecer las sanciones a quien robe, comercialice o adquiera elementos del equipamiento y mobiliario urbanos, que van desde tubos, conexiones, tapas de registro, accesorios u objetos de instalaciones hidráulicas, eléctricas, cableado, alumbrado público y gas, así como a quien hurte partes de automóviles.
Las penas se agravarán hasta en una mitad cuando el robo sea de manera dolosa y afecte la operación de las instalaciones o provoque la interrupción de los servicios del Sistema Integrado de Transporte Público de la ciudad, como Metro, Metrobús o Tren Ligero.
En caso de haber víctimas mortales o lesiones a consecuencia del robo y/o daño al equipamiento, se aplicarán penas que van de seis meses a ocho años de prisión.
Al presentar la reforma, el presidente de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, Octavio Rivero, explicó que el dictamen fue aprobado debido a los constantes hurtos de coladeras, además de los robos dentro de las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo Metro, lo que ha provocado retrasos en el servicio y afectado a los millones de usuarios que se trasladan diariamente.
Las reformas son aprobadas luego de que el gobierno capitalino ha evidenciado los robos de cable de cobre y tras la muerte de las hermanas Sofía y Esmeralda, de 17 y 23 años de edad, respectivamente, quienes perdieron la vida luego de caer a una coladera sin tapa en la alcaldía Iztacalco.
Rivero recalcó que se hará una campaña de difusión sobre las nuevas reformas, e invitó a la ciudadanía a que “no sea cómplice ni mucho menos infractores de un delito que puede causar pérdidas irremediables a otros seres humanos”.