Madres de dos mujeres y una niña víctimas de feminicidio en Chiapas pidieron el respaldo del Senado, ya que los asesinos de sus hijas siguen impunes y pese a la lucha que han emprendido en busca de justicia, se enfrentan a un Poder Judicial que parece estar más del lado de los victimarios.
Hay muchos más casos, dijeron, y se ha formado un grupo de “madres en resistencia” para que esos crímenes de género no queden impunes, explicaron a las senadoras de Morena Olga Sánchez Cordero y Malú Micher, presidentas de las Comisiones de Justicia y para la Igualdad de Género, quienes se comprometieron a ayudarlas.
En el caso de Maricruz Velasco Nájera hay el riesgo de que el asesino de su hija Carla Yesenia, sentenciado a 11 años de prisión, quede en libertad, por la resolución reciente de un magistrado que decidió que no se trata de un feminicidio.
“Vamos a interponer un recurso de revisión”, indicó, pero expresó que está muy preocupada e indignada porque desde un principio la carpeta de investigación sobre la muerte de Carla Yesenia estuvo mal integrada, con errores y omisiones.
Narra que la joven de 19 años fue golpeada hasta quitarle la vida en una vivienda; ya muerta, el agresor la tiró a la calle y pasó un auto sobre su cuerpo para simular un atropellamiento. “Ahora dicen que no hay perspectiva de género, claro que la hay, tenía puesta la ropa al revés”.
A la menor de 13 años Jade Guadalupe Yuing la asesinaron en las instalaciones del Instituto del Deporte de Tuxtla Gutiérrez, el 14 de enero del 2020. “Un compañero de mi hija me avisó que estaba muerta, en los baños, que se había ahorcado, pero cuando llegué estaba colgada en el área de patinaje, con un listón rojo”, comenta su mamá, Adriana Gómez Martínez.
Explica que “han sido tres años de agonía, porque desde el principio las autoridades dijeron que fue suicidio, pero no hemos dejado de luchar, se logró que el cuerpo se exhumara y se comprobó que no era posible que ella se hubiera ahorcado. Sabemos quién es el asesino, pero goza de total impunidad, porque en la Fiscalía de Chiapas no me hacen caso, nos tratan como si fuéramos delincuentes”.
La situación es muy parecida para Flor Emilia Alcázar, quien desde hace tres meses batalla también para que se esclarezca el feminicidio de Paola Jasmín Ocampo, su hija de 36 años, cuyo cuerpo apareció flotando dentro de la cisterna de la Escuela Primaria David Gómez, el 8 de diciembre de 2007.
Trabajaba como conserje en esa escuela de Tuxtla Gutiérrez, desapareció un día antes, su familia insistió en que se le buscara por todas las instalaciones, y al final la hallaron en la cisterna.
Las autoridades “dicen que pudo ser accidente o suicidio, pero ¿cómo iba a quitarse ella la vida y luego cerrar la cisterna?”, se pregunta y advierte que va a insistir “porque sabemos que ya no vamos a recuperar a nuestras hijas, pero tiene que haber justicia”.