Lake City. Más de un centenar de personas se reunieron ayer para recordar a Shaeed Woodard en el primer funeral de los dos hombres asesinados a tiros hace tres semanas por el cártel del Golfo en la ciudad fronteriza de Matamoros, en Tamaulipas.
La despedida se efectuó al final de un mes que debería haber tenido una fiesta de cumpleaños, el número 34 de Woodard, al que le fue arrebatada la vida unos días antes durante un viaje en automóvil en el que acompañó a su prima Latavia McGee a hacerse una cirugía estética.
Amigos y parientes caminaron por la alfombra del Templo de la Buena Nueva de la Salvación en una tarde nublada en Lake City, Carolina del Sur, localidad de menos de 6 mil habitantes.
El pastor Hugh Samuels brindó palabras de consuelo para la familia, horrorizada por la súbita pérdida de Woodard pero reconfortada por el regreso de su prima, McGee, que sobrevivió.