Key West. Dos migrantes cubanos utilizaron un ala delta motorizada para recorrer 145 kilómetros desde la isla a Key West, en Florida, informaron ayer funcionarios del estado.
La comisaría del condado de Monroe reportó que los dos aterrizaron a salvo en el Aeropuerto Internacional de la ciudad, también conocida en español como Cayo Hueso, alrededor de las 10:30 horas.
Fueron entregados a la Patrulla Fronteriza; no obstante, los agentes migratorios encargados del caso no respondieron a un pedido de declaraciones a la prensa.
Abrumada por la cantidad de los arribos de indocumentados cubanos y de otras nacionalidades a la frontera de Estados Unidos con México y a Florida en bote, el gobierno del presidente Joe Biden aprobó un cambio en la ley que los obliga a pedir un permiso mediante una aplicación de Internet en la que se requiere el auspicio de un pariente o conocido en Estados Unidos para que corra con sus gastos. Los que llegan sin cumplir ese requisito pueden ser deportados.
El pasado 21 de octubre, un piloto cubano aterrizó en el aeropuerto de entrenamiento y transición Dade-Collier, en el sur de Florida, en un Antonov An-2, una antigua avioneta de fabricación rusa, indicaron en su momento las autoridades.
El hombre, identificado como Rubén Martínez, declaró que voló desde Sancti Spíritus, una provincia del centro de Cuba situada más de 400 kilómetros al este de La Habana, señalaron funcionarios del aeropuerto internacional de Miami.
La cancillería de la isla protestó “enérgicamente” y “deploró” a inicios de este mes la decisión de un tribunal estadunidense de otorgarle el asilo a Martínez, de 29 años, por quien reclamó en varias ocasiones.
El gobierno cubano consideró que esa decisión, “convierte a las autoridades estadunidenses, en la práctica, en cómplices y estimuladores de la piratería y el secuestro aéreo” al tolerar y proteger esas acciones, según el comunicado oficial.
Además, precisó que el viceministro Carlos Fernández de Cossío convocó al encargado de negocios de Estados Unidos en la isla, Benjamin Ziff, para manifestarle formalmente la protesta.