Santo Domingo. Con la ausencia de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que representan a las dos mayores economías de Latinoamérica, y posiciones encontradas sobre la invasión rusa a Ucrania y el problema de la migración en la región, arrancó ayer la vigésima octava Cumbre Iberoamericana en Santo Domingo.
Durante la ceremonia de aper-tura la organización anunció la asistencia del presidente venezolano Nicolás Maduro desde el fortín colonial de Ozama.
En esta edición, el bloque internacional –que agrupa 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra– espera generar las bases para relanzar las relaciones comerciales y financieras entre Latinoamérica, pese a la ausencia de los representantes de las dos economías más grandes y sus socios europeos. El objetivo es levantar las cuentas nacionales que se vieron afectadas por la crisis mundial que se desató hace un año por la guerra en Ucrania.
Durante la primera jornada del foro, los cancilleres de los 22 países aprobaron tres iniciativas orientadas a proteger el medio ambiente, garantizar el derecho a la alimentación y los derechos fundamentales en entornos digitales, pero no hubo consenso para aprobar el documento sobre arquitectura financiera internacional.
Ese texto buscaba estimular condiciones para que las naciones iberoamericanas pudie-ran afrontar la recuperación en la pospandemia por covid-19, la transición energética y la adaptación climática. Las tres cartas serán presentadas hoy en el cierre de la cumbre que encabezarán los 14 presidentes y vicepresiden-tes asistentes.
Los organizadores del foro confirmaron la participación de 14 presidentes y vicepresidentes, entre los que destacan el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, y los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández, de Colombia, Gustavo Petro; de Chile, Gabriel Boric y de Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Si bien la agenda del foro ya está aprobada, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, dijo que la situación de Ucrania será un tema paralelo que se discutirá en la reunión de los cancilleres para tratar de incluirlo en el texto final.
Otro de los temas que podría generar fricciones al interior del bloque es la migración masiva que se ha registrado en los años recientes en la región, especialmente de venezolanos que han salido huyendo de la crisis económica y social que padece su país.