París. La Federación Internacional de Atletismo (World Athletics, como se le conoce en la actualidad) dio un giro importante a su política sobre las personas transgénero e intersexuales, excluyéndolas de la categoría femenina, anunció Sebastian Coe, presidente de la organización.
“El Consejo (de World Athletics) decidió excluir de las competiciones femeninas internacionales a los atletas transgénero hombres y mujeres que hayan tenido una pu-bertad masculina”, explicó el directivo británico.
“Ha tomado medidas claras para proteger la categoría femenina de nuestro deporte y hacerlo restringiendo la participación de los atletas transgénero e intersexuales”, añadió.
El reglamento dictaba que las deportistas transgénero que quisieran participar en la categoría femenina debían mantener su tasa de testosterona bajo el umbral de cinco nanomoles por litro (nml/l) durante un año, pero con la modificación aprobada ayer se determinó que ahora será de 2.5 la cantidad de testosterona durante un mínimo de dos años antes de competir.
Las atletas intersexuales, por ejemplo, la sudafricana Caster Semenya, deben desde abril de 2018 mantener su tasa de testosterona bajo los cinco nml/l durante seis meses para estar autorizadas a participar en las distancias que están entre los 400 metros y la milla (mil 609 metros).
Ese reglamento había sido denunciado por Semenya (dos veces campeona olímpica y triple monarca mundial en 800 metros), quien se niega a someterse a un tratamiento hormonal o una operación. La deportista sudafricana perdió los recursos interpuestos, especialmente ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS).
Semenya suscitó numerosos interrogantes sobre su hiperandrogenismo, que provoca un aumento de su nivel de testosterona. En la misma situación se encuentran 13 atletas, entre ellas, la subcampeona olímpica en 200 metros Christine Mbona, de Namibia, y la burundesa Francine Niyonsaba.
Antes de esta medida, otras deportistas de distintas disciplinas se encontraron, a su pesar, en medio de los debates y las dudas relacionadas con su género.
La nadadora Lia Thomas, nacida con sexo masculino, la ciclista Emily Bridges y la ex jugadora de la selección nacional masculina de balonmano, Hannah Mouncey, vetada en 2017 por la Federación de Futbol Australiano finalmente compitió en la Liga femenina en 2018.
La pesista neozelandesa Laurel Hubbard, de 43 años, fue la primera competidora trans en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 celebrados en 2021 debido a la pandemia.
Su participación fue validada, pero provocó críticas. Después, el COI renunció a finales de 2021 a establecer directivas uniformes sobre los criterios de participación de las deportistas intersexuales y transgénero, dando libertad a las distintas federaciones internacionales.