Ciudad de México. Tras confirmarse que el cuerpo encontrado sin vida en la sierra de Choix, en Sinaloa, corresponde a José Noriel Portillo Gil, El Chueco, quien es señalado por el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) manifestó que este homicidio “refirma la necesidad de fortalecer las capacidades para prevenir la violencia e investigar debidamente a quienes la perpetran”.
El homicidio de Portillo Gil “también es una acción ilegal, no es un acto de justicia”, aseveró.
A través de redes sociales, destacó que ni este asesinato “ni en ningún otro caso, la muerte violenta de quienes son identificados como presuntos responsables de delitos o violaciones a los derechos humanos son la respuesta legítima a las demandas de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición de las víctimas”.
Asimismo, indicó que continuará acompañando la implementación de las medidas cautelares que emitió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de 11 integrantes de la comunidad jesuita de Cerocahui, por considerar que se encuentran en una situación de gravedad ante las amenazas y agresiones que han sufrido por parte de grupos del crimen organizado.