Ciudad de México. Un tercio de los alimentos que produce el mundo termina en la basura, por distintas razones. En la otra cara de la moneda, uno de cada tres habitantes del planeta ha padecido hambre. Frente a esa realidad, una red global comparte experiencias que Lisa Moon describe como “uno de los pocos modelos que une estas dos problemáticas” a partir de acciones comunitarias que llevan los alimentos a las personas que los necesitan.
Moon, presidenta de la organización The Global FoodBanking Network, aseguró que si el argumento del hambre no fuese suficiente, también está el costo ambiental. Dijo que, según estudios, 9 por ciento de los gases efecto invernadero provienen del desperdicio de alimentos.
La red global tiene cinco décadas de trabajo y presencia en 70 países, en los que beneficia a 40 millones de personas en colaboración con gobiernos y sociedad. Con todo y los esfuerzos de organizaciones como las agrupadas en la red, actualmente sólo se recupera 1 por ciento de los alimentos que se desperdician.
Moon está en México para participar en el Food Bank Leadership Institute (FBLI), que reúne a directivos como ella, de todas las latitudes, bajo el lema “Los Bancos de Alimentos en una Era de Volatilidad”.
México participa en la reunión a través de la Red de Bancos de Alimentos de México (Red BAMX). Su directora, María Teresa García Plata, informó que luego de 30 años de trabajo la red está integrada por 53 bancos de alimentos que el año pasado atendieron a un millón 700 mil beneficiarios, con la recuperación de 149 mil toneladas de alimentos.
Los bancos de alimentos trabajan en dos vías. Por un lado, “recuperan” alimentos que “por una cuestión de fecha o estética” ya no van a ser comercializados. Se trata, evidentemente, de un eufemismo para nombrar alimentos a punto de caducar. Por otro lado, dijo García Plata, trabajan con 600 productores del campo y con centrales de abasto de distintas ciudades.
La directiva de la RedBAMX dijo que cuentan con áreas de nutrición que, con los productos donados, se encargan de integrar paquetes del “más alto valor nutrimental”.
La pandemia tuvo un efecto directo en la demanda de alimentos que distribuye la red, que pasó de atender un millón 400 mil personas a 2 millones 100 mil en 2020.
A escala mundial, según informó Moon, se registró un incremento de 100 a 150 por ciento. La red global atendía a 16.9 millones de personas en 2019 y para el año pandémico de 2020 esa cifra creció hasta 40 millones de personas.
“Pensamos que luego habría una reducción importante al siguiente año, pero tuvimos 39 millones de personas”.