La prohibición del fentanilo para su uso farmacéutico –sugerida por el presidente Andrés Manuel López Obrador para controlar la disponibilidad del opioide para fines ilícitos– afectaría los tratamientos y cuidados paliativos, ya que se requeriría de una serie de cambios para usar otros fármacos, que podrían ser igual de problemáticos en términos de adicciones.

Así lo advirtió Camilo Ríos Castañeda, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, quien indicó que algunos de los posibles sustitutos del fentanilo podrían resultar más costosos y sin el alto nivel de potencia de aquella sustancia, que es hasta 50 veces más eficiente que la morfina al usarse como analgésico contra dolores intensos.

De acuerdo con el académico del Departamento de Sistemas Biológicos de la UAM Xochimilco, la posible sustitución del fentanilo también podría abrir la puerta al mercado negro para su uso terapéutico, por lo que subrayó la importancia de seguir desarrollando investigaciones científicas si se quiere dejar de usar este fármaco en algún momento.

En Estados Unidos, apuntó Ríos, se calcula que hay unas 3.8 millones de prescripciones de este opiáceo por año, mientras en México se prescriben casi 44 mil recetas para el uso de diversos analgésicos, de las cuales 49 por ciento fue morfina, 29 por ciento fentanilo, 7 por ciento tapentadol, 7 por ciento oxicodona, 7 por ciento metadona y uno por ciento otras sustancias.

Aumentar controles en manejo de precursores

El experto subrayó que es fundamental diseñar mayores restricciones a la importación de precursores en la síntesis de fentanilo para evitar que en México o inclusive en Estados Unidos se lleve a cabo la síntesis de éste y otros compuestos de la misma familia de opiáceos con fines ilícitos.