Ciudad de México. La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús dio a conocer que recibió de las autoridades de Chihuahua, información preliminar sobre el hallazgo del cuerpo sin vida de una persona que podría ser el perpetrador del homicidio -ocurrido en Cerocahui hace nueve meses- de los sacerdotes Javier y Joaquín, así como de Pedro Palma y Paul Berrelleza.
“Esperaremos a que la identidad sea plenamente corroborada, antes de fijar una postura. Desde nuestra perspectiva de fe, lamentamos el fallecimiento de la persona cuyo cuerpo fue encontrado por las autoridades de Sinaloa, como lamentamos todas y cada una de las vidas cegadas por la violencia que impera en el país. Rechazamos la difusión de imágenes sobre el hallazgo”.
Los jesuitas remarcaron que “si se verifica que se trata de la persona implicada en el homicidio de los padres jesuitas, su aparición sin vida de ninguna manera puede considerarse como un triunfo de la justicia ni como una solución al problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara.
“Por el contrario, la ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial. Este desenlace, de confirmarse, no es el que esperábamos ni es por el que trabajamos”.
Ante esa posibilidad redoblaron su llamado a que “se cumplan a cabalidad las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad de la región”.
Precisaron que “los jesuitas nunca hemos callado ni callaremos ante la violencia y la deshumanización. Seguiremos en la Tarahumara y en otras regiones de México, trabajando para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social”.