Washington. Un video desgarrador publicado ayer muestra la muerte de Irvo Otieno, un hombre afrodescendiente de 28 años, mientras ingresaba en un hospital siquiátrico de Estados Unidos, donde fue sujetado a la fuerza por hasta 10 policías y guardias de seguridad del hospital.
La muerte de Irvo Otieno el 6 de marzo en el estado de Virginia reavivó el debate sobre cómo las fuerzas de seguridad estadunidenses tratan a las personas con enfermedades mentales.
Siete oficiales de policía del condado de Henrico, en su mayoría afroestadunidenses, y tres agentes del Hospital Estatal Central en Petersburg fueron acusados de asesinato la semana pasada.
La fiscal Ann Cabell Baskervill afirma que el hombre de 28 años murió “por asfixia” mientras lo “sujetaban físicamente”.
El video, grabado por una cámara de vigilancia y publicado ayer por varios medios, muestra su llegada al hospital después de tres días en una celda.
El 3 de marzo, Otieno fue arrestado por la policía del condado de Henrico que respondía a un informe de un posible robo. Los agentes, acompañados por miembros del equipo de intervención de crisis del condado, lo pusieron bajo una orden de custodia de emergencia.
Otieno fue trasladado a un hospital donde las autoridades dicen que agredió a tres policías. La policía lo llevó a la cárcel del condado y fue fichado.
Esposado, con grilletes en los tobillos, el torso desnudo y sin zapatos, avanza encorvado, tirado por agentes.
Primero se sienta en el suelo, con la espalda apoyada en un sillón. Minutos después, está en el suelo y lo sujetan, sin que se sepa el motivo. Un oficial está sobre él y otro presiona aparentemente su rodilla contra la cabeza o el cuello de Otieno, mientras hasta 10 trabajadores del hospital observan. Algunos a veces les ayudan.
En las imágenes se aprecia que los agentes quieren inmovilizarlo para atarle las piernas y presionan sobre diferentes partes de su cuerpo, sobre todo a la altura del vientre, durante al menos 11 minutos. Cuando sueltan la presión, Otieno está inconsciente y sin pulso. Los esfuerzos para reanimarlo fracasan.
La familia de Irvo Otieno quiso que el vídeo se difundiera.
El abogado de la familia, Mark Krudys comentó que Otieno era un joven al que le apasionaba la música y que trabajaba para convertirse en un artista de hip-hop. Era originario de Kenia y llegó a Estados Unidos a los cuatro años, informó CNN.
Su mamá, Caroline Ouko, añadió que “había encontrado lo suyo” con la música y que podía escribir una canción en cinco minutos. “puso su energía en eso y estaba feliz con eso” añadió en la conferencia del jueves. Su hijo tenía una enfermedad mental que requería medicina, dijo Ouko. Tuvo largos períodos en los que “ni siquiera sabías que algo andaba mal” y luego hubo momentos en los que “entraba en algún tipo de angustia y luego sabía que necesitaba ver a un médico”, dijo. Ouko afirmó que su hijo sufría una crisis de “una enfermedad mental”.
“Mi hijo fue tratado como un perro, peor que un perro. Lo vi con mis propios ojos (…) asfixiaron a mi bebé”, afirmó.
Los siete agentes que fueron acusados fueron identificados en el comunicado de Baskervill ayer como Randy Joseph Boyer, de 57 años; Dwayne Alan Bramble, de 37 años; Rama Jermaine Lavar, 45; Bradley Thomas Disse, 43; Tabitha Renee Levere, 50; Brandon Edwards Rodgers, 48; y Kaiyell Dajour Sanders, de 30 años.
Los trabajadores del hospital arrestados el jueves fueron identificados como Darian M. Blackwell, 23; Wavie L. Jones, de 34 años; y Sadarius D. Williams, de 27 años.
El abogado de la familia, Ben Crump, comparó el caso con el asesinato de George Floyd, un hombre negro de unos cuarenta años que murió en 2020 asfixiado por un policía blanco. El video de su calvario dio la vuelta al mundo y desató una movilización contra el racismo y la violencia policial.