Madrid. Las olas de calor marinas en aguas superficiales, capaces de alterar los ecosistemas, también ocurren en las profundidades del océano.
En un artículo publicado en la revista Nature Communications, un equipo dirigido por investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Astmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, utilizó una combinación de observaciones y modelos informáticos para generar la primera evaluación amplia de las olas de calor marinas en el fondo de las aguas productivas de la plataforma continental que rodean a América del Norte, que proporcionan un hábitat crítico para importantes especies como langostas, vieiras, cangrejos, platijas, bacalao y otros peces de fondo.
Alrededor de 90 por ciento del exceso de calor del calentamiento global ha sido absorbido por el océano, cuya temperatura se ha elevado alrededor de 1.5 grados durante el siglo pasado.
Las olas de calor marinas se han vuelto 50 por ciento más frecuentes durante la reciente década.
Sin embargo, la investigación anterior no apuntó a las temperaturas extremas en el fondo del océano a lo largo de las plataformas continentales, que proporcionan un hábitat crítico para importantes especies comerciales como langostas, vieiras, cangrejos, platijas, bacalao y otros peces de fondo.
“Reanálisis”
Debido a la relativa escasez de conjuntos de información de temperatura del agua del fondo, los científicos utilizaron un producto de datos llamado “reanálisis” para realizar la evaluación, que comienza con las observaciones disponibles y emplea modelos informáticos que simulan las corrientes oceánicas y la influencia de la atmósfera para “completar los espacios en blanco”.
Usando una técnica similar, los científicos de la NOAA han podido reconstruir el clima global desde principios del siglo XIX.
Si bien los reanálisis del océano han existido durante mucho tiempo, sólo hace poco se volvieron lo suficientemente hábiles y tienen una resolución lo idealmente alta como para examinar las características del océano, incluidas las temperaturas del fondo, cerca de la costa.
El equipo de investigación encontró que en las plataformas continentales alrededor de América del Norte, las olas de calor marinas en fondo tienden a persistir por más tiempo que sus contrapartes superficiales y pueden tener señales de calentamiento más grandes que las aguas superficiales suprayacentes. Las olas de calor marinas en fondo y en superficie pueden ocurrir de forma simultánea en el mismo lugar, en especial en regiones menos profundas donde las aguas superficiales y del fondo se mezclan.
Sin embargo, las olas de calor en el fondo marino también pueden ocurrir con poca o ninguna evidencia de calentamiento en la superficie, lo que tiene implicaciones importantes para la gestión de pesquerías comercialmente importantes.
“Eso significa que puede estar sucediendo sin que los gestores pesqueros se den cuenta hasta que los impactos comiencen a notarse”, subrayaron los investigadores.