Cuernavaca, Mor., Esmeralda González Cortés, mujer nahua, promotora cultural y defensora de los derechos de los pueblos indígenas en el municipio de Hueyapan, exigió a las autoridades de Morelos el retiró de sellos que la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción (FECC) colocó en dos inmuebles de su propiedad.
Denunció que el pasado jueves, cuando se encontraba con su familia en el campo, le avisaron que los agentes habían realizado “cateos violentos y arbitrarios” en su casa, en una escuela comunitaria de náhuatl y la vivienda de sus vecinos.
La activista puntualizó que no tiene ningún problema legal “y mucho menos he sido notificada de nada”. Acusó de orquestar esta acción a Guillermina Maya Rendón, representante municipal indígena y a los concejales.
Exigió a la FECC, que encabeza Juan Salazar Núñez, y al fiscal estatal, Uriel Carmona, que hagan bien su trabajo, pues ella no tiene nada que ver con ninguna investigación de la fiscalía especializada y menos sus vecinos, “violentando nuestros derechos humanos”.
Esmeralda González aseguró que cuando llegó a su domicilio el personal de la fiscalía ya se había marchado; dejaron su vivienda y la escuela de náhuatl cerrada y colocaron sellos. Por lo que ella, su esposo e hijos llevan tres días viviendo con sus vecinos.
Aseveró que “los elementos de la fiscalía fueron guiados por Guillermina Maya y otros concejales, mismos que han utilizado su investidura para violentar a quienes opinamos diferente a ellos”.
“El jueves 16 de marzo, recibí una llamada a las 14 horas, donde me informaron que elementos de la fiscalía comandados por los concejales administrativos (indígenas municipales): Guillermina Maya; Benigno Montero Castellano, Agustín Pérez, y otros que son parte del Consejo Mayor, invadieron mi domicilio y también la casa de mis vecinos”, relató la activista.
En los sellos que colocaron en los inmuebles, el pasado jueves, se notifica que el cateo obedece a la causa penal JCC/765/2022 que menciona como imputada a Lilia González Cortés, ex concejal de Hueyapan, y hermana de Esmeralda. Sin embargo, la defensora de los derechos de los pueblos indígenas aseguró que su casa y la de sus vecinos, no tienen nada que ver con Lilia, por lo que demanda sean retirados los sellos.