Con un cielo despejado y un sol cayendo intensamente, miles de turistas nacionales y extranjeros dieron la bienvenida a la primavera al registrarse este lunes el equinoccio en la zona arqueológica de Teotihuacan.

Puntuales a la cita y ya sin muchas restricciones sanitarias por la pandemia, los visitantes colmaron la calzada de los muertos y plazas del Sol y la Luna, en busca de “llenarse de energía” con la entrada de la estación del año.

Vestidos de blanco en su mayoría, y algunos portando amuletos como cuarzos, obsidianas o piedras volcánicas, la gente volvió a ocupar la ciudad de los Dioses, aprovechando el puente largo y como no se veía hace años; formando ríos blancos.

Los visitantes alzaron sus manos y miraron hacia el cielo para dar la bienvenida al equinoccio de primavera, seguido de aplausos.

“Venir a las pirámides para mi representa llenarme de energía, purificarme y limpiarme y llenarme de toda esa luz y esa bendición que la primavera traerá en este 2023”, señaló Luisa Garrido, visitante de la Ciudad de México.

“Es mi segunda vez que vengo a las pirámides. Y es una experiencia increíble y como todos nos hemos reunido para poder sentir la energía, a través de todos y de la naturaleza recibimos esta gran energía que nos ayuda”, expresó Michel Díaz Carranza turista de Honduras.

“Es mi primera vez y es muy bonito haber venido y con llegada de la primavera y es mejor estar aquí, vine sola desde Nuevo León”, expresó Martina Guadalupe Ochoa Morales.

En las plazas del Sol se congregaron grupos esotéricos y de danzas prehispánicas que extendieron su tapete con cuarzos, inciensos, lociones y todo objeto para atraer las buenas vibras.

Está ocasión a los visitantes no se les permitió la subida a las cimas de las pirámides del Sol, La Luna y Quetzalcóatl. El Instituto de Antropología e Historia (INAH) coordinado con la Guardia Nacional y policías estatales y de los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides un operativo para atender la seguridad de los visitantes y protección de los monumentos.

Se desplegaron 150 elementos de la Guardia Nacional al interior de la zona, además de 120 elementos estatales y municipales al exterior así como unidades médicas.

El operativo Equinoccio de primavera 2023 estuvo vigente desde el pasado viernes 18 y culmina este 21 de marzo.

Rogelio Rivero Chong, director de la Zona Arqueológica de Tehotihuacuán informó que hasta las 14 horas se registraba una afluencia de alrededor de 17 mil visitantes, mientras que el domingo hubo 30 mil.

Frente frío opaca llegada de la primavera en Yucatán

El clima se puso "paa'ch ka" (no agradable, en lengua maya) e impidió que la mañana de este lunes, previo a la entrada de la primavera, el dios Ki'in (sol) se ausentara de su ancestral cita con la zona prehispánica de Dzibilchaltún.

Y es que el frente frío número 41, desde hace un par de días azotando la Península de Yucatán, mantiene un clima inestable con lluvias persistentes, temperaturas de hasta 25 ó 26 grados Celsius (no aptas para los acalorados yucatecos) y vientos con rachas superiores a los 50 kilómetros por hora.

Por eso, la gente que acudió hoy a la zona arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada en la población del mismo nombre, a escasos 20 kilómetros al norte de esta capital, no pudo observar a plenitud este fenómeno arqueoastronómico, único en tierras mesoamericanas, según los expertos en la materia.

Si acaso entraron 100 personas a Dzibilchaltún, muchas para contagiarse de la energía solar pero, desgraciadamente para ellos, el dios Ki'in estuvo muy lejos de brillar y penetrar con sus aros de luz las ventanas del Templo de las 7 Muñecas, emblemático edificio prehispánico.

Quizá mañana martes, al inicio de la primavera, el sol cumpla con su milenaria visita.

La zona arqueológica de Dzibilchaltún es un antiguo centro ceremonial maya que de acuerdo con los especialistas, tuvo su época de mayor esplendor entre los años 600 y 1000 d.C.

En este sitio, cuyo nombre significa “donde hay estructuras sobre piedras planas”, los visitantes pueden ser testigos de uno de los fenómenos arqueo-astronómicos más importantes del Mundo Maya, y que ocurre sólo dos veces al año, durante los equinoccios de primavera y otoño.

El sol hace su aparición por el oriente muy temprano y gradualmente atraviesa las ventanas y puertas del llamado “Templo de las Siete Muñecas” (bajo el piso de su cámara principal se encontró una ofrenda que contenía siete figuras de barro con forma humana) y, como punto culminante, la silueta del Astro Rey avanza hasta posarse justo atrás del centro del edificio.