La alegría de regresar al baile en Santa María la Ribera se vio empañada ante el fallecimiento de un hombre de 58 años por un infarto fulminante, quien ya no contaba con signos vitales cuando personal médico de la alcaldía y del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas llegó a atenderlo.
Con baile al ritmo de salsa, cumbia, huaracha y merengue, decenas de personas se manifestaron ayer en la alameda de esa colonia después de que Sonido Sincelejo obtuvo un amparo provisional para volver a tocar, como lo ha hecho desde hace 12 años.
Desde el mediodía, gente de la tercera edad acompañadas por sus hijos y hasta nietos se congregaron en uno de los accesos al Kiosco Morisco, donde se colocaron dos bocinas prestadas por vecinos para escuchar música.
La negativa de las autoridades de la alcaldía Cuauhtémoc “de regresarnos nuestro equipo y más de 200 acetatos reunidos a lo largo de los años, con un valor de alrededor de 500 mil pesos, nos ha llevado a utilizar la música de plataformas”, comentó Joel García Flores, impulsor del sonidero.
Se trata de continuar con esta tradición dominical “tras la agresión del pasado 19 de febrero, cuando gente de la alcaldía, con uniforme y vestida de civil, nos robó equipo y discos y agredió a participantes del baile”.
Informó que presentaron una denuncia ante la Fiscalía General de Justicia por discriminación, abuso de autoridad, robo y acoso sexual.
Comentó que por los mismos ilícitos se documentó una querella en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, la cual empezó una investigación y está a la espera de que la alcaldía proporcione la información solicitada.
El amparo obtenido, que garantiza la protección a las tradiciones culturales y su derecho al uso del espacio público, provocó que decenas de personas, en su mayoría de la tercera edad ocupara la alameda de Santa María la Ribera.
Luego de tres semanas “donde éramos pocos los que seguíamos viniendo a bailar con unas bocinitas, hoy fuimos más, luego de que Joel lograra este amparo, el cual esperamos sea definitivo y no nos quiten este espacio de esparcimiento”, expresaron los entrevistados.
Argumentaron que “lo único que hacemos es bailar, no hay alcohol o drogas, como dijo la alcaldesa Sandra Cuevas. Somos vecinos de aquí de la Santa María, de otras alcaldías o de municipios del estado de México que venimos a divertirnos sin hacer daño a nadie”. El ofrecimiento de la funcionaria de “irnos a la casa de cultura territorial o al deportivo Cuauhtémoc, no lo aceptamos”.