Escuchaba a un jazzista español, su trompeta surcaba el aire y atravesaba el alma con un sonido lastimero ante el cadáver de su padre, quien acababa de morir.
Platicaba con Mague, con quien he compartido toda la vida la relación existente entre el jazz y el flamenco. En esta combinación había saliva de niño de yerba, y silencio de mujer.
En eso estábamos cuando sonó el teléfono; era Socorrito, de La Jornada, intuí la muerte de Carlos.
Con quien compartí tantas y tantas andanzas…
Telepatía que surcaba la escritura interna de la que tantas veces platicamos.