Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, viajó ayer a Crimea, en el noveno aniversario de la anexión de esa península por Moscú en 2014, al día siguiente de que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de captura contra el mandatario ruso por crímenes de guerra en Ucrania.
En Sebastopol, puerto de base de la flota rusa del mar Negro, Putin asistió a la inauguración de una escuela de artes para niños junto con el gobernador local, Mikhail Raz-vozhaev, de acuerdo con imágenes de la cadena de televisión pública Rossiya-1.
La Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, emitió antier una orden de arresto en contra del jefe de Estado ruso por “deportación ilegal” de niños ucranios en zonas ocupadas por Rusia desde febrero de 2022. Moscú, que no es miembro de la CPI, consideró esa orden “nula y sin valor”.
Rusia anexó Crimea el 18 de marzo de 2014, tras un referéndum no reconocido por Ucrania ni por la comunidad internacional. El presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, exige que Moscú se retire de la península, así como de las áreas que ha ocupado desde el año pasado.
Sin renunciar a las ganancias
Putin no ha mostrado intención de renunciar a las ganancias del Kremlin. En cambio, enfatizó antier la importancia de mantener Crimea, en una reunión por el aniversario de la “reunificación”, como lo denominan los rusos.
“Obviamente, los problemas de seguridad tienen la máxima prioridad para Crimea y Sebastopol ahora”, declaró, refiriéndose a la ciudad más grande de la región. “Haremos todo lo necesario para defendernos de cualquier amenaza”.
Putin viajó por última vez a la península en noviembre de 2021, tres meses antes del inicio de la ofensiva en Ucrania, aunque en diciembre del año pasado realizó una breve visita al puente de Kerch, infraestructura que comunica la península de Crimea con la Rusia continental, y que fue destruido en una explosión en octubre de 2022.
Este es el viaje del mandatario más cercano a la línea de frente, dado que Sebastopol se encuentra apenas a 240 kilómetros de Jersón, una ciudad del sur de Ucrania reconquistada por el ejército de Kiev en noviembre.
El mandatario ruso tomó un avión para viajar los mil 821 kilómetros de Moscú a Sebastopol, donde tomó el volante del automóvil que lo transportó por la ciudad, señaló el gobernador Razvozhaev.
“Nuestro presidente Vladimir Vladimirovich Putin sabe sorprender. En el buen sentido de la palabra”, escribió Razvozhaev en Telegram.
Según el funcionario, estaba previsto que el mandatario participase por videoconferencia en la inauguración de la escuela de arte infantil. “Pero Vladimir Vladimirovich vino en persona. Porque en un día histórico como hoy, siempre está con Sebastopol y sus habitantes”, afirmó.
En Moscú, alrededor de 5 mil activistas partidarios del Kremlin protestaron frente a las embajadas de 20 naciones que consideran “hostiles”.
Estos países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Reino Unido y Francia, “apoyan a Ucrania (...) y entregan activamente armas letales al régimen ucranio”, explicó el movimiento Molodaia Gvardia (La Joven Guardia).
En tanto, respecto de la orden de aprehensión que pesa sobre Putin, el canciller alemán, Olaf Scholz, reaccionó ayer y respaldó la decisión de la CPI, porque “nadie está por encima de la ley”.
El fiscal principal de la CPI, Karim Khan, confía en que Putin será juzgado tras la orden de arresto, pese a que la corte no tiene una fuerza policial propia y Moscú no reconoce el tribunal, declaró en una entrevista transmitida por la cadena estadunidense CNN.
El presidente de la Asamblea General y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Csaba Korosi y Antonio Guterres, respectivamente, afirmaron estar dispuestos a reunirse con el líder ruso pese la medida tomada por el tribunal internacional.
Por otra parte, Putin firmó una ley que impone fuertes multas por desacreditar o difundir información engañosa sobre voluntarios o mercenarios que luchan en Ucrania. La norma exige multas de 660 dólares a las personas por la primera infracción y hasta 15 años de prisión por reincidencias.
En el frente de guerra, Kiev informó que sufrió una nueva ola de ataques con drones y que algunos aparatos golpearon zonas que han estado al margen del conflicto como la región de Leópolis en el oeste del país.
El comando de la fuerza aérea ucrania informó en Telegram que 11 de los 16 drones fueron derribados durante los ataques dirigidos a la capital, Kiev, y la provincia occidental de Leópolis, entre otras áreas.
El jefe de la administración de la ciudad de Kiev, Serhii Popko, afirmó que las defensas aéreas tiraron todos los aviones no tripulados que se dirigían a la capital. El gobernador de Leópolis, Maksym Kozytskyi, indicó que tres de los seis drones fueron derribados, y los otros tres impactaron en un distrito fronterizo con Polonia.
De acuerdo con la fuerza aérea ucrania, la ofensiva se llevó a cabo desde la costa este del mar de Azov y la provincia rusa de Briansk, que también limita con Ucrania.
Rusia sigue concentrando la mayor parte de sus operaciones ofensivas en el este industrial de Ucrania, con ataques en Bakhmut y otras partes de la provincia de Donietsk.
El gobernador regional Pavlo Kyrylenko notificó en Twitter que seis civiles resultaron heridos en Kostyantynivka como resultado de la agresión con “bombas de racimo” por tropas rusas.
También se informó que al menos dos personas murieron y ocho resultaron heridas, tres de gravedad, en los recientes asaltos con “explosivos de fragmentación” en Kramatorsk, en Donietsk, indicó su alcalde, Alexander Goncharenko.