Apenas se supo anoche del fallecimiento de don Carlos Payán Velver, director fundador de La Jornada, la reacción de pesar fue inmediata en diversos sectores por la partida de un hombre que deja huella en el periodismo, en las letras, en la defensa de derechos humanos y las luchas sociales.
Galería: Fallece Carlos Payán Velver, director fundador de La Jornada.
El presidente Andrés Manuel López Obrador destacó de él fue un “periodista de verdad” y manifestó su cercanía a familiares, amigos y compañeros.
Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, resaltó: “duele la partida del querido Carlos Payán. Hombre de convicciones, amoroso, incisivo, fundó muchos proyectos que transformaron la vida de México, como La Jornada”.
La escritora Elena Poniatowska expresó: “somos muchos quienes lamentamos la partida de Carlos Payán, el gran periodista y el gran amigo”.
Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad Pública, y quien laboró en este periódico, afirmó que “fue un gran maestro y amigo” y envió un “abrazo fuerte a todos los compañeros del diario”.
El canciller Marcelo Ebrard aseguró: “nos vas a hacer mucha falta siempre. Triste noticia para México”, y Enrique Graue, rector de la UNAM, manifestó que “él fue el pilar sobre el que se construyó la libérrima prensa” que actualmente dirige Carmen Lira en La Jornada.
La senadora Olga Sánchez Cordero reconoció al “periodista, hombre de izquierda, defensor de derechos humanos y fundador de @lajornada” y Miguel Ángel Osorio Chong, líder del PRI en el Senado, recordó que su trayectoria fue reconocida con la Medalla Belisario Domínguez.
El panista Santiago Creel, presidente de la Cámara de Diputados, expuso que con Payán sostuvo “una larga amistad” y aseguró que su “obra periodística contribuyó siempre a la mejor marcha democrática del país. Muere un amigo, gran mexicano excepcional periodista y deja profunda huella en la marcha democrática del país”.
El periodista Juan Becerra Acosta lamentó el deceso del “periodista, maestro, amigo. Hombre de izquierda que, a través de su trabajo y obra, desde aquel Unomásuno y posteriormente como fundador y director de @LaJornada, contribuyó a construir el México de hoy”, y Joaquín López-Dóriga, aseguró: “lo vamos a extrañar”.
Integrantes de la dirigencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación reconocieron su larga trayectoria como periodista y precursor de “uno de los medios de comunicación más importantes para el avance de la democracia en México”. Pedro Hernández, secretario general de la sección 9 de la Ciudad de México, destacó que, desde su creación en 1984, “La Jornada acompañó el caminar de los maestros”.
Poeta de ilusiones
En el medio cultural, el director fundador de La Jornada forjó innumerables amistades que ayer se sumaron al duelo por su fallecimiento, principalmente para recordar al maestro, al camarada.
La pintora Carmen Parra declaró: “murió mi hermano el poeta de las ilusiones, de los mundos mejores, del canto al amor y al profundo México que corría por sus venas. Pellicer nos acompaña: hasta pronto hermano, hasta pronto, al viaje más importante, la eternidad. Te extrañaré siempre”.
Para el productor de cine Jorge Sánchez la muerte de Payán “define una época del periodismo y la cultura en México, ya no hay figuras de esos tamaños en nuestro país”.
Lourdes Pérez Gay, directora de la compañía Marionetas de la Esquina, comentó que, como fundador de La Jornada, Payán significó “el inicio de una prensa diferente, con un equipo de periodistas muy comprometidos, de un alto nivel intelectual. Sobre todo hay que destacar su congruencia”.
El poeta Eduardo Vázquez Martín indicó: “Carlos Payán, joven abuelo, rebelde y festivo, seductor y comunista, periodista y poeta clandestino; miraba al poder con indignación, pero sin odio, prefería la dignidad a la ira. Con amor y amistad, combatió la oscuridad”.
Rogelio Cuéllar, fotógrafo: “México es un país antes de La Jornada y ahora con La Jornada. Carlos Payán fue el creador de este periodismo que comenzó desde Unomásuno. Lo conocí cuando comencé a colaborar con Fernando Benítez en el suplemento Sábado por sugerencia de Julio Scherer, yo quería entrar a Unomásuno, pero me jaló para fundar La Jornada; más que un maestro, que sí lo fue del periodismo, fue un papá para mí”.
El pintor Antonio Ortiz Gritón consideró que la labor de Carlos Payán, al fundar La Jornada, fue muy importante, pues “fue quien le dio voz a los que no tenían voz. La democracia que hoy vivimos en mucho se debe a La Jornada. No hay que olvidar que fue él, junto con un grupo de periodistas, quien convocó a la sociedad civil y a los pintores para que aportaran obra en solidaridad del proyecto (…). Fue un gran hombre que merece muchos reconocimientos y muchísimos aplausos”.
Ángeles González Gamio, cronista y colaboradora de La Jornada, apuntó que Payán “nunca perdió ese corazón de luchador social que tenía desde joven, en su espíritu siempre estaba eso en todas sus trincheras, comprometido siempre (…). Para todos los que somos jornaleros es una terrible pérdida porque su espíritu siempre se quedó ahí, aunque él ya no estuviera. Y seguirá estando”.
El poeta, ensayista y editor José Ángel Leyva destacó que Payán, con quien tuvo una buena amistad desde el Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista, “siempre fue para mí una referencia del periodismo, de una mirada muy sensible a la cultura y las artes. Se va una época muy importante del periodismo, de la lucha democrática; una visión histórica del papel que debe cumplir la labor periodística como fuente reveladora de la realidad”.
Para el crítico, editor y poeta José María Espinasa “fue un orgullo, un honor, un enorme placer aprender a hacer periodismo trabajando con él”, en La Jornada Semanal.
Horacio Franco, flautista y director de orquesta, dijo que “gracias a personas de izquierda congruentes, honestas y sobre todo proactivas como él, se empezó a hacer un periodismo diferente (…). Hizo que La Jornada sea hasta hoy el periódico con más credibilidad de este país”.
Iván Restrepo, ambientalista y colaborador de La Jornada, señaló que Payán “fue irremplazable, único, generoso, conciliador, tolerante y abierto a todas las ideas, aunque no estuviera de acuerdo con ellas.