Este viernes terminó el paro académico realizado por un colectivo feminista en la Preparatoria 6 de la UNAM, y será en el transcurso de los siguientes días cuando las activistas que participaron en esta acción evalúen qué tanto se avanzó en el cumplimiento de su pliego petitorio, indicaron fuentes cercanas al tema.
Como se informó en este diario, desde el pasado lunes las integrantes del colectivo Furias desalojaron a maestros y alumnos de las instalaciones del plantel y al siguiente día comenzaron la toma del colegio para exigir que se sancione al menos a dos profesores, a quienes acusan de cometer actos de violencia de género.
Luego de entregar las instalaciones ayer a las 19 horas, las participantes en la toma destacaron que estas protestas “no se hacen para perder clase, sino porque son importantes para resistir y fomentar la unidad entre mujeres. Durante el paro creamos vínculos de solidaridad y compromiso mutuo”.
Alumnas que participaron en la ocupación señalaron que durante los cuatro días que duró la toma se elaboraron murales alusivos a la necesidad de combatir la violencia de género, e indicaron que en los próximos días considerarán el nivel de avance de la dirección de la escuela en sus demandas.
Rompen diálogo en la UAM
La asamblea estudiantil de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco, señaló ayer que las respuestas de las autoridades de dicha institución no resuelven las demandas del alumnado, por lo que los participantes en la toma de la escuela decidieron “cortar comunicación” con los directivos de la misma.
En un breve comunicado, los jóvenes denunciaron que “las respuestas entregadas por las autoridades universitarias no ofrecen soluciones ni acciones concretas a nuestro pliego petitorio. Durante los ocho días que llevamos en paro, han hecho caso omiso de nuestras peticiones”.
Los alumnos consideraron que “la ambigüedad y desidia de las autoridades universitarias confirman que su compromiso con los estudiantes de nuestra casa de estudios es sólo una simulación”.
La protesta inició luego de que una estudiante de la Unidad Cuajimalpa de la UAM denunciara públicamente haber sido víctima de agresión sexual por parte de un compañero. Se anunció su expulsión, pero para los manifestantes se trata de sólo un primer paso.