Mañana se conmemora el 85 aniversario de la expropiación petrolera, un hito en la historia nacional y una decisión que fortaleció la soberanía energética, la cual, contra viento y marea, se mantiene firme y siempre en defensa de los intereses del país. Han sido ocho décadas y un lustro de batalla permanente para que esta riqueza beneficie a los mexicanos, con todo y que la derecha autóctona no ceja en su empeño de privatizarla (el PAN nació para combatir la decisión de Lázaro Cárdenas; años después se alió con los “revolucionarios institucionales” para lograr su objetivo, pero ni así).
Aquel 18 de marzo de 1938, el general Cárdenas detalló las causas que lo llevaron a decretar la expropiación, y en su cuarto Informe de gobierno subrayó que “para evitar en lo posible que México se pueda ver en el futuro con problemas provocados por intereses particulares extraños a las necesidades interiores del país, se pondrá a la consideración del Congreso que no vuelvan a darse concesiones del subsuelo en lo que se refiere al petróleo y que sea el Estado el que tenga el control absoluto de la explotación petrolífera”. Y los traidores estaban en la misma clase política al servicio de la oligarquía.
En aquella fecha histórica, el mandatario dijo que “otra contingencia, forzosa del arraigo de la industria petrolera, fuertemente caracterizada por sus tendencias antisociales y más dañina que todas las enumeradas anteriormente, ha sido la persistente aunque indebida intervención de las empresas en la política nacional. Han tenido dinero para armas y municiones para la rebelión, dinero para la prensa antipatriótica que las defiende, para enriquecer a sus incondicionales defensores, pero para el progreso del país (…) no hay dinero ni posibilidades económicas ni voluntad (…) Juzgan que su poder económico y su orgullo les escuda contra la dignidad y la soberanía de una nación (…)”, algo que, por cierto, suena muy actual.
Antes de la conmemoración de la expropiación petrolera, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió que de sus antecesores recibió una industria petrolera “en franca decadencia (inducida por los prianistas), porque querían destruirla. Lo lograron hasta cierto punto en la petroquímica; teníamos una industria petroquímica de las mejores del mundo y se esmeraron en destruirla”. Lo mismo, dijo, en el caso de las refinerías, que las entregaron “en una situación lamentable”.
Y en producción petrolera todo “fue una infamia, el engañar que con la llamada reforma energética iba a llegar la inversión extranjera a raudales, y hacían cálculos de que con ella íbamos a tener una extracción de petróleo de alrededor de 3 millones de barriles diarios. ¿Qué sucedió? Se dieron los contratos a las empresas, sobre todo extranjeras: 110 para explorar y explotar el petróleo con sistemas de utilidad compartida, y de ellos sólo tres están en ejecución, y de 3 millones de barriles, la producción que aportan no pasa de 50 mil barriles. Si no hubiéramos intervenido, estaríamos importando crudo. De ese tamaño fue la actitud irresponsable de quienes manejaron durante el periodo neoliberal la política petrolera”.
Por su parte, el director general de Pemex, Octavio Romero, detalló que a partir de 2004, en el gobierno de Vicente Fox –sobre todo por la sobrexplotación de Cantarell– se observó una “dramática caída” en la producción petrolera (en ese entonces llegó a 3.4 millones de barriles por día), y la administración peñanietista a duras penas entregó alrededor de un millón 700 mil (50 por ciento de desplome). Eso es lo que recibió el nuevo gobierno, pero al 15 de marzo de 2023, esa producción se incrementó a un millón 935 mil y a finales de 2023 “estaremos alcanzando ya 2 millones de barriles, con lo que prácticamente estaríamos garantizando la autosuficiencia en nuestro país”.
En 2004 las seis refinerías del país procesaban un millón 300 mil barriles diarios, volumen que fue decreciendo (Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto) hasta llegar a 519 mil en noviembre de 2018 (60 por ciento de caída). Sin embargo, en 2022, incluida Deer Park, se procesan un millón 100 mil.
Las rebanadas del pastel
Con los atentos saludos de López Obrador para panistas y morenistas: si vetó los dos nombramientos en el INAI es porque “no podemos aceptar esos enjuagues; eso era de la época del PRIAN, cuando se repartían ‘tres para ti, tres para mí’, cuando nombraban a los consejeros de este instituto que no se toca”, del que, por cierto, ya casi se va Lencho… Besos y abrazos para el querido Enriquito, en su aniversario número 13.
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